AGENCIAS
El éxito del cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu en los Oscar no sentó bien a los sectores más conservadores de Estados Unidos molestos por una ceremonia que consideraron muy liberal y en la que los derechos de los inmigrantes indocumentados fueron protagonistas.
Iñárritu se alzó con tres estatuillas, mejor película, mejor director y mejor guión, mientras que su compatriota Emmanuel Lubezki se hizo con el premio de mejor fotografía, en ambos casos por el filme «Birdman», que fue el gran triunfador de la velada.
«Fue una gran noche para México, como siempre. Este país, ya sabes, todo esto que pasa es ridículo», aseguró en declaraciones hoy a la cadena Fox el magnate Donald Trump, quien no ocultó su sorpresa y frustración por los reconocimientos obtenidos por el equipo de Iñárritu en los Óscar.
«Este tipo no paraba de subir y subir y subir (al escenario) ¿Qué está haciendo? ¿Se va a marchar con todo el oro? ¿Tan buena es (la película)? Yo no he escuchado eso», dijo Trump indignado.
Los conservadores estadounidenses deseaban el triunfo de la patriótica y taquillera «American Sniper», de Clint Eastwood, que finalmente logró solo el galardón de mejor edición de sonido.
«Los Oscar son una triste broma, muy parecido a nuestro presidente ¡Hay tantas cosas que están mal!», escribió Trump en su cuenta de Twitter, mientras que en esa red social la personalidad radiofónica Sean Hannity calificó de «predecible» el mal resultado de «American Sniper» en un Hollywood «liberal».
En esa línea se sucedieron las críticas a los diferentes discursos reivindicativos, como el de la ganadora de un Oscar como actriz secundaria, Patricia Arquette («Boyhood») que reclamó igualdad de derechos y de salarios para la mujer, y fue acusada de hablar sin saber, o el último de Iñárritu sobre inmigración.
El realizador dedicó el premio de mejor película a los mexicanos a ambos lados de la frontera y pidió respeto y dignidad por parte de las autoridades para los que residen en EE.UU., el mismo que merecieron «quienes llegaron antes y construyen esta increíble nación de inmigrantes», manifestó el director.
El crítico cinematográfico Christian Toto calificó de «insulto» el resultado de «American Sniper» frente a «Birdman», de «inapropiados» los pronunciamientos, de «petición de amnistía fuera de lugar» el mensaje migratorio de Iñárritu, todo lo contrario a lo que le pareció al Consejo Nacional La Raza (NCLR).
A la directora de Inmigración de NCLR, Clarissa Martínez, el gesto del mexicano fue «extraordinario», según dijo a Efe, tanto por el foro, en directo ante millones de telespectadores en todo el planeta, como por el contenido ya que recuerda el origen migratorio de EE.UU.
En la misma sintonía se manifestó Alex Nogales, presidente de la Coalición Nacional de Medios Hispanos (NHMC), para quien Iñárritu y sus colegas directores Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro ofrecen una imagen muy positiva del latino, alejada de los estereotipos, «especialmente en EE.UU. donde hay tantos prejuicios contra el latino».
Nogales indicó que espera que aumenten las reacciones negativas a las declaraciones de Iñárritu por parte de los conservadores porque muchos miembros del partido republicano «son racistas y están en contra del indocumentado y del latino. Muchos creen que les estamos quitando los trabajos», afirmó.
El directivo de NHMC quiso restar importancia al comentario del actor Sean Penn cuando entregó el Oscar de mejor película a Iñárritu.
Penn se preguntó «¿Quién le dio la tarjeta verde (green card) a este hijo de perra?», una frase que resultó ofensiva para muchos espectadores en vista de las reacciones en las redes sociales, aunque no lo fue así para el mexicano, que explicó que era una vieja broma entre ambos.
«Es una broma de mal gusto. Él (Penn) no es racista, no es conservador, es un bocón que no tiene límites. Aquellos que tienen otra agenda (política) van a usar ese comentario», manifestó Nogales.