AGENCIAS
La caravana de madres centroamericanas hizo un llamado desde la capital mexicana a las autoridades a facilitar la búsqueda de aquellos migrantes que han desaparecido en su travesía por territorio mexicano con rumbo a Estados Unidos.
Más de cuarenta familiares provenientes de Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala participan en esta décima caravana, que inició su andadura el 20 de noviembre en Tenosique, en Tabasco, y que recorrerá México hasta el 7 de diciembre.
Después de una primera semana en la que han visitado localidades como Palenque, Córdoba, San Luis Potosí y Guadalajara, buscando a sus allegados desaparecidos, los familiares denunciaron en una rueda de prensa la «invisibilización» y la falta de respuestas oficiales, año tras año.
«Para muchos esta es la única oportunidad que tienen para buscar a sus hijos, porque no hay mecanismos para que puedan hacerlo», afirmó Rubén Figueroa, miembro del Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM).
Los registros de migrantes desaparecidos no existen, lo que tiene como consecuencia que no se pueda hablar de cifras exactas ni se emprendan búsquedas oficiales.
Los datos recabados por las organizaciones de la sociedad civil estiman que el número de secuestros y desapariciones se encuentran entre un mínimo de 70 mil y un máximo de 150 mil.
«No solo queremos ser escuchados, sino ser atendidos con una solución, pero que no nos mientan, que no se burlen del dolor de las madres», dijo Anita Celaya, de El Salvador, que ya suma diez años en la búsqueda de su hijo.
En el transcurso de esta caravana se han producido dos reencuentros, entre dos hermanos y una madre y un hijo; hitos que dan «esperanza y fe» al resto de participantes de encontrar vivos a sus familiares, declaró la guatemalteca Lucía Macario Pérez, que participa por segunda vez en el recorrido tras la pista de su esposo, del que tuvo últimas noticias a finales de julio de 2011.
La denuncia y búsqueda se hace más difícil, subrayó Macario, para muchas madres de su país que son indígenas y no hablan el castellano, por lo que no pueden «expresarse ni salir», barrera a la que se suma el «miedo» que les frena a denunciar.
Los familiares también criticaron el programa mexicano Frontera Sur -que entró en vigor el pasado julio-, del cual dicen que está creado para «perseguir y deportar al máximo de migrantes posible».
Ha descendido el número de centroamericanos que se desplazan en el tren de carga denominado «La Bestia», pero lo que se está consiguiendo es que los migrantes, al verse perseguidos, busquen rutas alternativas más inseguras y aumenten las cifras del tráfico de personas, advirtió Figueroa.
En cuanto a las medidas migratorias anunciadas recientemente por el presidente estadounidense, Barack Obama, la asociación no quiere pronunciarse hasta que lean «los reglamentos con los que se va a implementar la acción ejecutiva».
Este año, a la iniciativa de las madres centroamericanas se le ha sumado una caravana italiana de «hermanamiento», que partió el 23 de noviembre desde Lampedusa, isla que sirve a miles de migrantes como puerta de entrada a Europa, y que finalizará en Turín el próximo 6 de diciembre.
«La globalización fue de problemas, pero no de derechos; nuestra lucha es la misma y tenemos que hacerla juntos», resaltó el representante de esta caravana, Nino Cuaresina. – See more at: http://www.oem.com.mx/eloccidental/notas/n3622620.htm#sthash.ElrhBbzk.dpuf