Italia negocia con la ONU y la Unión Europea (UE) una autorización para hundir, antes que partan de Libia, los barcos usados por traficantes para trasladar migrantes a Europa, reveló hoy el ministro italiano del Interior, Angelino Alfano.
Al participar en un programa de debate de la televisora privada La7, Alfano dijo que “el objetivo es hundir los barcos de los traficantes antes de que partan”.
“Nosotros solos no podemos hacerlo, por lo que se llevan a cabo negociaciones con la ONU (Naciones Unidas) y con la UE para tener, en un cuadro de legalidad internacional, la autorización para esta intervención”, aseveró.
El ministro recalcó que el pedido italiano es claro: “realizar acciones precisas” contra Libia y “contra los traficantes que son los nuevos esclavistas del siglo XXI”.
“Hundir las barcazas significa cortar la más macabra agencia de viajes de la historia”, declaró Alfano, quien precisó que “ir ahí con nuestras naves sin autorización sería una declaración de guerra, por esto se lleva a cabo una negociación con la ONU y con la UE”.
“Nosotros estamos listos a hacer lo que sirva, lo podemos hacer, pero queremos involucrar a una coalición internacional”, añadió.
Reiteró además la propuesta de crear campamentos de refugiados en los países al sur del Mediterráneo (en África) a fin de realizar allí las revisiones y controles que permitan establecer quiénes tienen derecho al asilo, para después distribuirlos en las 28 naciones de la UE.
“Ya hemos iniciado discusiones con Sudán y Níger y se necesita una colaboración con organizaciones humanitarias”, expuso el funcionario.
La Guardia Costera italiana informó este martes que alrededor de las 19:00 horas locales (17:00 GMT) fueron rescatados 112 inmigrantes a bordo de una balsa a la deriva en aguas libias, la cual fue detectada por un helicóptero militar que patrullaba la zona.
Por su parte, uno de los 28 supervivientes del naufragio del domingo pasado, en el que habrían muerto entre 700 y 900 personas en el Canal de Sicilia, declaró a los jueces que el capitán de la barcaza, el tunecino Mohamed Alí Malek, estaba ebrio al momento del accidente.
El testigo, originario de Bangladesh, aseguró que Malek manejaba la lancha ayudado por el sirio Mahmud Bikhit. Ambos fueron arrestados, pese a que se escondieron entre los supervivientes que llegaron este martes a Catania, Sicilia.
Malek fue acusado de naufragio culposo, homicidio culposo múltiple y favorecimiento de la inmigración clandestina, mientras que su asistente solamente fue imputado por el último cargo.
El fiscal de Catania, Giovanni Salvi, reconoció que no ha sido posible aún establecer el número de muertos en el naufragio, porque los supervivientes hablan de entre 400 y 950 pasajeros.
“El exiguo número de supervivientes podría depender del hecho de que muchos migrantes, entre ellos mujeres y niños, estaban encerrados en las bodegas”, explicó.