El fenómeno del «huachicolero», ese personaje con perfil criminal que roba combustible en ductos de Pemex, definitivamente no será erradicado en el corto plazo; por el contrario, mientras los canales de corrupción sigan abiertos, estos delincuentes seguirán extrayendo el preciado líquido de tuberías a lo largo del país.
Analistas en los Estados Unidos aseguran que aunque el robo de combustible ha plagado durante mucho tiempo a México, es preocupante que la práctica creció un 2 mil por ciento en la última década, lo que cuesta a Pemex por lo menos un mil millones de dólares al año.
A principios de año, la organización InSight Crime informó que los empleados de Pemex son los dientes clave en la máquina de robo de combustible. De hecho, 123 empleados de Pemex y 12 ex empleados fueron detenidos entre 2006 y 2015 en relación con la actividad.
Sin embargo, en el vecino país afirman que muy poco se sabe sobre la corrupción que se produce en los niveles más altos de la paraestatal, sobre todo porque no se le conoce al gobierno mexicano un plan para investigar a los altos funcionarios, a los miembros de su sindicato o a las autoridades de los estados donde ocurre el robo de combustible.
Se aborda este tema en círculos de ese país, porque el comercio de combustible robado también ha afectado a empresas extranjeras. En los últimos años, Pemex demandó a 23 empresas estadounidenses acusadas de comprar y distribuir combustible mexicano robado, demandas que la empresa no ganó en ningún caso.
Citado por medios estadunidenses, Alberto Islas, socio fundador de la consultora de seguridad Risk Assessment, dijo que el aumento en los ingresos por ventas de combustible robado otorga a grupos criminales más medios para sobornar a los oficiales y operar sin ser molestados. Según Islas, la complicidad de las autoridades es «fundamental» para quienes participan en la actividad delictiva.
A estas capas de funcionarios y empresarios corruptos hay que agregar que informes recientes de seguridad nacional ubican a dos grupos criminales que compiten en este comercio ilegal. El más antiguo es el llamado “Bukanas”, que se ha convertido en un cercano a “Los Zetas”, y en los últimos meses ha destacado Antonio Martínez Fuentes, alias «El Toñín«, quien ha estado vinculado al “Cartel de Jalisco Nueva Generación” (CJNG).
Terrible escenario. Ni hablar, tendremos robo de combustible para rato. Se hará habitual ver en noticieros explosiones de ductos, enfrentamientos y una sociedad no solo expuesta a estos criminales, sino cómplice, ante la sorprendente inacción gubernamental.
PARA EL REGISTRO Palabras fuertes las del destacado periodista colombiano Darío Restrepo en torno a la violencia contra periodistas en nuestro país. Dice el comunicador: “la situación de ustedes, es una situación de excepción, porque por una parte está comprometido el bien público de una manera grave e intensa, y por otra ofrece grandes peligros para los periodistas. Es toda la sociedad la que tiene que actuar mancomunadamente, porque es toda la sociedad la que está amenazada” *** Vuelven las autodefensas. Pobladores de 10 comunidades de los municipios guerrerenses de Eduardo Neri y Tepecuacuilco conformaron un grupo de autodefensa para contrarrestar los asesinatos, asaltos y extorsiones que sufren en esa zona. Ni hablar, la ausencia de las autoridades hace actuar a los pobladores. Suerte. Gracias y buen inicio de semana.
@betata75
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