El 12 de octubre de 2016, a 48 días de que concluyera su mandato, Javier Duarte solicitó licencia a su cargo como gobernador de Veracruz. Había dicho que no lo haría, pero huyó del estado en un helicóptero, en medio de acusaciones por múltiples actos de corrupción y por haber saqueado las arcas del gobierno estatal. Para desgracia de los veracruzanos, el desfalco al erario no acabó ahí.
- Al año siguiente, los presidentes municipales, que desde 2014 coincidieron con Duarte en el poder, vivieron el último año en sus cargos trianuales, y de acuerdo con auditorias del Órgano de Fiscalización Superior del Estado (Orfis), la mayoría de ellos presuntamente también estafó y desvió millonarios recursos.
Varios ayuntamientos permanecen con escasísimos fondos. Los nuevos presidentes municipales han encontrado, durante este 2018, incontables anomalías financieras./MILENIO