La vacuna de Moderna contra el Covid-19 generó anticuerpos que persistieron 90 días después de su inoculación, una buena noticia mientras se estudia su autorización en varios países, indicó un estudio realizado en 34 participantes desde el inicio de los ensayos clínicos y publicado el jueves en el New England Journal of Medicine.
- La duración de la protección es indudablemente mayor, pero estos son los primeros datos en un período de varios meses validados de forma independiente por una revista científica.
- Los participantes serán seguidos durante 13 meses para verificar la protección a más largo plazo, afirman los autores.
Investigadores de los Institutos Nacionales de Salud evaluaron el nivel de dos tipos de anticuerpos contra el coronavirus 90 días después de la segunda dosis de la vacuna, que a su vez se administró 28 días después de la primera.
- Observaron una disminución «leve» y esperada en el nivel de anticuerpos en los participantes vacunados, pero a un grado que se mantuvo alto y por encima de la inmunidad natural revelada en pacientes que estuvieron infectados por Covid-19 y se recuperaron.
Además, no se observaron efectos secundarios graves en el llamado ensayo de fase 1, que comenzó en marzo.
Los anticuerpos son solo un componente de la respuesta inmune, junto con los linfocitos B (memoria inmune, producción de anticuerpos) y T (que matan a las células infectadas).
- Los investigadores señalan que aún no se conocen los datos sobre las células de memoria inmunológica.
Anthony Fauci, director del Instituto de Enfermedades Infecciosas, dijo recientemente a la AFP que estaba «seguro» que la memoria inmunológica creada por la vacuna duraría algún tiempo.
«No sabemos si será uno, dos, tres o cinco años, no lo sabemos», afirmó. Solo el tiempo permitirá saberlo.
«Es una noticia bastante positiva en general», valoró el jueves a la AFP Benjamin Neuman, profesor de la Universidad Texas A&M, refiriéndose al nuevo estudio, y señaló que incluso en los ancianos la respuesta inmune se mantuvo «razonablemente fuerte»./EL ECONOMISTA-PUNTOporPUNTO