«Por favor papá Dios que esto sea un sueño. Que esto no esté sucediendo».
Claudia se dio cuenta de que algo terrible ocurría cuando vio los mensajes de WhatsApp sobre un posible caso de abuso sexual en la escuela de su hijo. Habló con una amiga psicóloga y lo que le dijo la intranquilizó aún más.
Su bebé mostraba todos los focos rojos para ser una víctima. Cuando el hijo de Claudia tenía 3 años fue agredido sexualmente en un kínder de la Ciudad de México por el maestro de educación física. «Eran los primeros meses en la escuela. Fui a levantar la denuncia inmediatamente».
El niño dejó de controlar los esfínteres y ya no quería ir al kínder. Un menor que desde los 40 días estuvo en guardería. Esas fueron las primeras señales.
- En la narración de los hechos frente a la autoridad, Claudia escuchó por primera vez de su propio hijo lo que le sucedió. Su mundo se derrumbó sólo para enfrentarse a otro problema que hasta la fecha sigue, el acceso a la justicia.
- El incremento de casi 600 por ciento de las agresiones sexuales en contra de menores en la década del 2010 al 2020 son cifras demoledoras de la Secretaría de Salud.
Existen otros datos relevantes. Por ejemplo, que a las mujeres las agreden más. Por cada infante varón molestado, hay 10 niñas o adolescentes mujeres violentadas sexualmente. Se estima que la cifra negra puede alcanzar más del 90 por ciento de los casos que nunca se denuncian.
Actualmente, organizaciones sociales como Aldeas Infantiles, Equifonía o la Defensoría por los Derechos de la Infancia señalan que la falta de coordinación interinstitucional, el limitado presupuesto para las Procuradurías de Protección y la falta de especialización de los ministerios públicos para atender con perspectiva de niñez, forman el primer cúmulo de acciones que detonan la violencia sexual infantil.
También, dicen las voces expertas, no reconocer a las y los niños como sujetos de derecho, la negativa de las fiscalías para solicitar la prueba anticipada, la corrupción en los juzgados, y la falta de educación integral en sexualidad en las escuelas alimentan al monstruo de la violencia sexual infantil en México.
El caldo de cultivo
Las agresiones sexuales infantiles no tienen la misma definición en todo el país. Hay al menos 16 tipos en los códigos penales.
- Algunos términos se refieren a lo mismo, como pederastia y violación, otros son tan ambiguos como el abuso sexual, que no es lo mismo que violación, de acuerdo a las definiciones legales.
- «No hay una homologación a nivel nacional sobre la tipificación de las distintas formas de violencia sexual infantil», señala Efraín Guzmán, de Aldeas Infantiles SOS; y eso provoca que las víctimas no accedan de la misma manera a la justicia.
En realidad no hay agresión sexual menor, y todas tendrían que perseguirse tomando en cuenta el interés superior del infante. La mayoría de las ofensas sexuales contra menores no son violentas.
Involucran el juego y el convencimiento, aprovechándose de la edad de la víctima. Y este es uno de los mayores problemas que enfrentan las y los niños para acceder a la justicia.
De acuerdo a los testimonios recabados para esta investigación, cuando las autoridades determinaron que la agresión no era suficientemente grave, entonces mostraron negligencia y desinterés. Viridiana, de Jalisco, peleó por tres años para llevar frente a un juez al agresor de su hijo.
El ministerio público consideró que la agresión no era suficientemente grave porque no hubo penetración. El delito se clasificó como abuso sexual. «Era un compañero de mi trabajo.
Comenzó a ser muy su amigo. Estaba casado».
De acuerdo a las carpetas de investigación abiertas o averiguaciones previas iniciadas por delitos sexuales en contra de menores en el 2018, el abuso sexual infantil fue el delito más denunciado en todo el país, con 7 mil 330 casos.
Marcela Martínez Roaro, educadora en educación sexual integral recuerda un caso de abuso.
Un abuelo “jugaba”, o más bien agredía con tocamientos a su nieta. Cuando la niña lo contó a su madre, le dijo que el abuelo había jugado así con todas, desde las hijas hasta las nietas, y que no había problema.
Al interior de las familias y en la comunidad persisten ideas que restan importancia a la problemática, advierte Araceli González de Equifonía, organización que acompaña a víctimas de violencia sexual infantil en Veracruz.
«Esto tiene un sustrato cultural, porque somos una sociedad machista. Sobre esta base van a traducirse los marcos normativos, la institucionalidad y la normalización».
Señala Juan Martín Pérez, coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y el Caribe. Los datos hablan por sí mismos.
Entre 2010 y 2020, la Secretaría de Salud registró 31 mil 703 lesiones por violencia sexual en contra de personas de 0 a 17 años de edad, según una respuesta por Transparencia de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes.
En promedio, cada año se registraron 3 mil 170 casos médicos. Esto equivale a 9 agresiones sexuales diarias en contra de infantes y adolescentes en México.
Pero al revisar con mayor detenimiento se observa que, del 2010 al 2020, hubo un incremento de 594 por ciento en los registros.
Mientras que en el 2010 la Secretaría de Salud atendió 792 casos; en 2020 fueron 5 mil 497 menores y adolescentes lesionados por violencia sexual.
En cuanto al sexo de la víctima, en ese mismo periodo de 10 años se agredieron a 2 mil 855 niños y adolescentes hombres; y a 28 mil 848 niñas y adolescentes mujeres.
Esto quiere decir que por cada niño atendido médicamente por una agresión sexual hubo 10 niñas agredidas.
«El empoderamiento es ser dueñas de nosotras mismas desde la más tierna edad. Las mujeres son objetos de placer de los agresores; y esto, es un desempoderamiento total», reflexiona Marcela Martínez Roaro, expresidenta de la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología, A. C.
Los datos indican que se agredieron más a las adolescentes, con 23 mil 353 casos; en comparación con 5 mil 495 niñas atendidas de 0 a 10 años, entre el 2010 y el 2020.
La media de edad, en el caso de las adolescentes, fue a los 16 años, con 4 mil 756 casos médicos por lesiones sexuales. Con respecto a las niñas, a los 10 años fueron mayormente violentadas sexualmente, con 691 registros.
Por su parte, los niños acumularon mil 790 casos médicos, en comparación con mil 65 entre los adolescentes varones.
En ese periodo del 2010 al 2020, la media de edad entre los hombres fue a los 6 años, con 268 casos médicos por lesiones sexuales.
De acuerdo a esa información, cinco estados concentraron poco más de la mitad de las lesiones por violencia sexual en contra de infantes: Estado de México, Jalisco, Chihuahua, Nuevo León y Guanajuato.
Las otras 27 entidades representaron menos del 50 por ciento de los casos durante esos 10 años.
En este año, la Secretaría de Salud registra 4 mil 554 lesiones por violencia sexual hasta agosto del 2021, en contra de 315 varones; y 4 mil 239 niñas y adolescentes.
Por primera vez se tiene registro de una persona intersexual de 12 años agredida en Michoacán.
- La media de edad en lo que va del 2021, en el caso de los hombres es a los 7 y en las mujeres, a los 15 años. Con respecto a las infantes, la media de edad con más agresiones se mantuvo a los 10 años de edad, como en el decenio pasado.
En lo que va del año, los estados que concentran más de la mitad de las agresiones sexuales atendidas por la Secretaría de Salud en contra de infantes y adolescentes son, Estado de México con 906, Chihuahua con 567, Veracruz con 320, Coahuila con 269 y Jalisco, también con 269./MILENIO-PUNTOPORPUNTO