Sí bien la educación se reconoce como un recurso fundamental para el mejoramiento de la realidad social y económica, no solo de México, sino en general a nivel global, los recursos presupuestales para su promoción e impulso han venido sostenidamente a la baja.
- De acuerdo con información de la Secretaría de Educación Publica (SEP), el gasto nacional en educación en 2022 fue por 1.52 billones de pesos, 1.34% en términos reales menos que un año antes, al interior de éste, el gasto del gobierno se redujo 0.77%, mientras que el gasto privado cayó 3.37% en dicho año.
Sí bien las cifras disponibles permiten ver la caída sostenida desde por lo menos el año 2000, un corte de los últimos diez años muestra que el gasto total nacional en educación brinda una buena imagen de este proceso de reducción. El gasto nacional en este rubro de 2012 a 2022, cayó 12.7% en términos reales, una baja anual promedio de 1.28%, en esa década, el gasto público se redujo 5.8%, mientras que en la educción privada la baja es de 12.7% en términos reales.
Primero, la crisis sanitaria de la que aún no salen muchas naciones del orbe y después la crisis económica detonada por el conflicto militar entre Rusia y Ucrania, sumieron a la mayoría de las naciones en una fuerte crisis económica, que obligó a replantear las prioridades en políticas públicas. Unos de los resultados más visibles de esté entorno fue la paralización y desarticulación de las cadenas de suministro, provocando un repunte en el desempleo, acompañado del fuerte aumento en la inflación que alcanzó niveles no vistos en varias décadas.
- En el sistema educativo, el difícil entorno económico se tradujo en las instituciones educativas en una reducción en la matricula en educación superior, luego de alcanzar el 2020 su nivel más alto con 4.06 millones de alumnos, para 2022, de acuerdo con cifras del la SEP, terminó con 4.00 millones. Considerando el sistema escolarizado, pasó de su nivel más alto en 2019 a 2022 de 414,408 a 395,091 profesores en 2022.
El gasto en educación y particularmente en educación superior, tiene un comportamiento claramente procíclico, es decir, que en la caída de la actividad económica se contrae mucho más, pero que en la recuperación también lo hace de una forma más que proporcional. Recientemente, empezamos a observar una mayor cantidad de indicadores que apuntan a una recuperación económica, si bien moderada y aún no generalizada, puede ser esperanzador la reactivación del sector, toda vez, que es a través de la educación y capacitación como se puede aspirar a una mejor condición de vida./Agencias-PUNTOporPUNTO
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