En 2020, el mundo enfrentó su peor problema de hambre en, al menos, cinco años a raíz de la crisis de la pandemia del coronavirus, y las perspectivas siguen siendo negativas este año.
- Unos 155 millones de personas en 55 países –más que la población de Rusia– se vieron afectados por problemas que van desde una crisis alimentaria hasta la hambruna, según un informe con datos de más de una docena de agencias. Eso corresponde a 20 millones más que en 2019, y los impactos económicos superaron los eventos climáticos extremos como la segunda causa.
El empeoramiento de la situación pone de relieve cómo la pandemia ha exacerbado las desigualdades alimentarias en todo el mundo, además de los eventos climáticos extremos y los conflictos políticos que están limitando el acceso a los alimentos básicos. Los consumidores ahora también están lidiando con los crecientes costos de los alimentos a medida que la vertiginosa demanda china lleva al límite los suministros mundiales de cultivos.
- “El COVID-19 ha estado exacerbando las fragilidades”, dijo Dominique Burgeon, director de la división de Emergencias y Resiliencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). “Sus restricciones, por ejemplo, al traslado de bienes y personas, han resultado en amplias pérdidas de ingresos, especialmente para aquellas personas que dependen del trabajo informal en hogares urbanos”.
- Los conflictos y la inseguridad siguen siendo las principales causas del hambre, responsables de casi dos tercios de las personas que enfrentan crisis alimentarias, según el informe, elaborado con la ayuda de agencias como la Comisión Europea y el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas. La República Democrática del Congo, Yemen y Afganistán son algunos de los países más afectados.
La cantidad de personas que enfrentan hambre principalmente por impactos económicos, incluidos aquellos relacionados con la pandemia que redujo empleos e ingresos, aumentó casi 70 por ciento el año pasado a 40.5 millones.
- Las interrupciones en las cadenas de suministro también causaron alzas en los precios de los alimentos, mientras que una mayor inflación o monedas más débiles en los países dependientes de las importaciones afectaron la asequibilidad de los alimentos, se lee en el informe. Las mujeres se han visto particularmente afectadas, ya que han estado más vulnerables a perder sus empleos.
Se espera que, este año, el hambre en el mundo se mantenga por encima de los niveles previos a la pandemia, afectando a más de 142 millones de personas en 40 países, indica el informe. Los conflictos siguen siendo un problema y las dificultades económicas podrían intensificarse debido a la crisis del coronavirus, señalaron las agencias.
El año pasado, unos 28 millones de personas se encontraban en situación de “emergencia” de inseguridad alimentaria, o en peor estado./EL FINANCIERO-PUNTOporPUNTO