Son escasos cuatro meses los que le quedan a Alfonso Navarrete Prida para dirigir la política interior del país y si hay algo de lo que el secretario de Gobernación está seguro, a pregunta expresa, es que la presente administración no deja un país en “guerra”, sólo con severos problemas en materia de seguridad pública que no se han resuelto debido a una debilidad institucional.
- En entrevista con EL UNIVERSAL, en su oficina del Palacio de Cobián, adelanta que quiere lograr resultados en el tema de desapariciones. Expresa que sigue molesto por el mensaje en Twitter que difundió el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el que dijo que en México suben los homicidios dolosos y por ello urge fortalecer la seguridad fronteriza.
- Deja claro que la autoridad estadounidense recién se comprometió a tomar cartas en el asunto sobre el tráfico ilegal de armas y dinero ilícito hacia México. Ahora sólo es estar a la espera de que cumpla.
- Destaca que un país requiere de un órgano de inteligencia que sirva para preservar la democracia y la seguridad nacional. El Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), dice, es perfectible y le hace falta tener cambios, pero no es espía.
Es un hombre afable, de voz tenue pero firme. Llegó en enero pasado a encargarse de la política interna del país y al mes sufrió un accidente en helicóptero que dejó 13 personas fallecidas, durante un recorrido en Pinotepa Nacional, Oaxaca, para supervisar la ayuda a damnificados por los terremotos de septiembre de 2017.
Para su futuro —a partir del 1 de diciembre próximo— su primera intención es digerir ese accidente, el cual no ha podido procesar ni ha podido vivir el luto por los fallecidos.
¿Cómo va la transición?
—La transición en la realidad comenzó el día de la elección. Los mexicanos tomaron una decisión importante donde copiosamente acudieron a las urnas y en forma pacífica y transparente expresaron lo que en su sentir querían para los próximos años. Eso es en la realidad.
Formalmente, la transición en los tiempos que se establecen legalmente comienza cuando el candidato triunfador tiene la constancia de presidente electo. Como gobierno saliente quisiéramos que fuera lo más pronto posible para tener el tiempo suficiente para poderles auxiliar y que tomen de mejor manera las riendas del país, sin que el gobierno saliente olvide sus responsabilidades constitucionales.
Pero en este doble proceso de lo que fue la realidad y lo que es la parte formal, la Secretaría de Gobernación ha tenido siempre contacto con todos los actores y todos los partidos políticos, y esto ha ayudado, y ayudó enormemente a que el proceso electoral, no obstante que se viera con muchos enconos, pudiera ser llevado de manera pacífica, con diálogo, de manera respetuosa y que el país esté en paz, tranquilo y, desde luego, con una esperanza renovada que la democracia ofrece.
¿A qué se refiere con tiempos de paz, en qué aspectos?
—Socialmente hablando. A lo que me refiero a tiempos de paz es que, aún teniendo problemas en un país tan grande como el nuestro, tan complejo, tan asimétrico en materia de distribución del ingreso, la sociedad en su conjunto, los partidos políticos, los actores sociales están tranquilos, están satisfechos con su proceso electoral en la forma en que se llevó.
Probablemente muchos partidos y actores políticos no estén de acuerdo con el resultado, pero así es la democracia. El diálogo y la actitud que se tiene que poner como ejemplo para generar las condiciones como obligación, deben ser realizadas por el gobierno, fundamentalmente el gobierno federal en una elección presidencial. La posición y la actitud que asumió durante este proceso permite que hoy el país esté tranquilo y en paz. / CON INFORMACIÓN DE EL UNIVERSAL
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