El 18 de abril de 2019, la incredulidad se apoderó de buena parte de Guatemala y de América Latina cuando estalló la noticia: la Justicia de Estados Unidos acababa de detener a un candidato en las elecciones presidenciales de Guatemala por tratar de aliarse con el Cártel de Sinaloa.
- Según reveló la DEA, Mario Estrada Orellana pidió al cártel mexicano 10 millones de dólares para financiar su campaña a cambio de impunidad para operar en el país centroamericano bajo su eventual mandato, pero los narcos con los que creía negociar Estrada eran en realidad agentes encubiertos.
- El político conservador se confesó culpable durante el juicio en octubre, con la intención de intentar esquivar la cadena perpetua. La sentencia se espera para el 24 de enero, según informó El Periódico de Guatemala.
- En realidad, una vez pasado el calor de la noticia, el asombro se torna más bien en frustración, o resignación. No es que los vínculos entre gobernantes latinoamericanos y narcotraficantes sean nada nuevo —desde hace años son conocidos los fuertes vínculos entre el narco y el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela—, pero durante 2019 este tipo de noticias se han sucedido.
EL HERMANO NARCO DEL PRESIDENTE
El caso más escandaloso ha sido sin duda el de Tony Hernández, hermano del actual presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, quien el pasado 26 de octubre fue declarado culpable por narcotráfico, porte y uso ilegal de armas y falso testimonio. En su caso, la sentencia también está prevista para este enero, pero el día 17.
- Evidentemente, desde el primer día del juicio, todas las miradas se tornaron hacia el mandatario, quien luego trató de desacreditar la sentencia asegurando: “¿Qué se puede decir sobre una condena basada en testimonios de asesinos confesos?”. Lo hizo en Twitter, rehuyendo las cámaras.
- La sentencia relató cómo ‘Tony’ Hernández, también exdiputado, desarrolló entre 2004 y 2016 una trama para permitir a los cárteles mexicanos, y especialmente al de Sinaloa, transportar la droga desde Sudamérica hasta EU a través de Honduras.
Pero los testigos no sólo lo señalaron a él. El narcotraficante Alexander Ardón aseguró haber acudido a reuniones con Juan Orlando Hernández para discutir el uso de dinero del narco para financiar sus campañas políticas. JOH, como se le suele llamar, lo niega todo, pero la realidad es que, en la sentencia, un tribunal federal de Nueva York llegó a calificar Honduras como “narcoestado”.
EL CHAPO, SIEMPRE PROTAGONISTA
Tanto fue el vínculo del Cártel de Sinaloa con los Hernández, que otro de los testigos mencionó que vio cómo su antiguo líder, Joaquín El Chapo Guzmán Loera entregó un millón de dólares a Tony Hernández.
- Pero no termina aquí el protagonismo del antiguo capo mafioso mexicano: Este año fue también el año de su sentencia y condena definitiva al ostracismo en una celda de aislamiento en una cárcel estadunidense. En febrero, el jurado popular de Nueva York, donde se le juzgó, lo encontró culpable por todos los cargos, diez en total, por narcotráfico, y el 17 de julio llegó la sentencia: cadena perpetua, más 30 años.
- De esta manera terminaba el juicio del siglo, como se le llamó en Estados Unidos, pero la habilidad que dos veces le sirvió al capo del Cártel de Sinaloa para escapar de prisión en México le valió para que sus protestas por la supuesta inhumanidad con que se le trata en la cárcel en EU lo devolviera a algunos titulares. No le sirvió de nada.
MÉXICO, EN EL PUNTO DE MIRA
La sentencia contra El Chapo en EU de alguna manera sirvió de redención para México a ojos del mundo, pero la realidad es que el país ha vuelto a quedar señalado este año, especialmente en este último tramo del año. En octubre vimos como un operativo militar contra Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín Guzmán, fracasó estrepitosamente. Tras su captura, el fuego y las balas se desataron en Culiacán, y el ejecutivo mexicano terminó cediendo y lo liberó.
Sin embargo, el golpe más duro contra la credibilidad del Estado llegó el 10 de diciembre con el arresto en Dallas de Genaro García Luna. Quien fuera secretario de Seguridad Pública de México durante el gobierno de Felipe Calderón (2006-2012), y uno de los ideólogos de la llamada Guerra contra el Narco, está ahora acusado de haberse coludido con el Cártel de Sinaloa para desterrar a sus adversarios en la sangrienta guerra./LA CRONICA-PUNTOporPUNTO