Nuestros científicos. “Hay muchas injusticias, pero la justicia en México sí es posible. Yo tengo compañeros abogados que dicen: ‘Si todo es corrupción, pues yo también me voy a corromper para salir adelante’. Ése es un pensamiento mediocre. Es falso que todo sea corrupción. Hay gente que nunca se ha corrompido, dice Luis de la Barreda Solórzano
- Existen muchos casos de injusticia en México y aunque esto depende de muchos elementos, el trabajo del Ministerio Público es fundamental y en muchos casos no cumple su responsabilidad porque trabaja con capacitación deficiente, malos horarios, malos sueldos, tecnología obsoleta, poca autonomía y, sobre todo, sin una supervisión externa y sin la obligación de rendir cuentas a las víctimas y a los denunciantes. Así lo explica a Crónica el abogado Luis de la Barreda Solórzano, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y coautor de la nueva propuesta que esa universidad envió al Presidente de la República, a los gobernadores y los congresos nacional y locales para reformar al Ministerio Público.
• Especialista en Derecho Penal y adscrito actualmente al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, De la Barreda Solórzano fue el primer presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), creada en 1993. Ahí se desempeñó durante dos periodos consecutivos de cuatro años. A partir de esa experiencia, aclara que en este país sí hay numerosos casos donde se ha logrado justicia y agrega que es mentira que se necesite entrar a la corrupción para tener una carrera exitosa dentro del Derecho.
• “Hay muchas injusticias, pero la justicia en México sí es posible. Yo tengo compañeros abogados que dicen: ‘Si todo es corrupción, pues yo también me voy a corromper para salir adelante’. Ése es un pensamiento mediocre. Es falso que todo sea corrupción. Hay gente que nunca se ha corrompido. Lo sé, me consta. Hay gente que se quiere lo suficiente como para no participar en la corrupción. Hay quienes simplemente no participan ni se prestan a injusticias y hay quienes luchan contra éstas. Para que lleguemos a ser un país donde prevalezca la justicia, tenemos que trabajar mucho, hacer mucho esfuerzo y tener mucha lucidez para dar los pasos acertados”, indica el académico que fundó y dirige el Programa Universitario de Derechos Humanos, responsabilidad que concluirá el próximo miércoles 5 de diciembre.
• El primer Ombudsman capitalino recuerda como ejemplos de grandes triunfos en la lucha por la defensa de los derechos humanos la recomendación para que se realizara el primer juicio por tortura en México; la liberación de personas inculpadas injustamente en asesinatos —como en el caso Paco Stanley—, el establecimiento de albergues para protección de mujeres maltratadas y la reducción de los intereses prendarios de casas de empeño, como el Monte de Piedad.
• Reformar el MP. Nacido en la Ciudad de México, Luis de la Barreda Solórzano recuerda su infancia transcurrida en los alrededores de la calle Chopo, en Santa María la Ribera. De ahí la claridad con la que trae a su recorrido de memorias el esqueleto de dinosaurio que se podía ver a la entrada del ex Museo de Historia Natural (actual Museo Universitario del Chopo) o las películas de Pedro Infante, Charles Chaplin, el Gordo y el Flaco o “el mejor Tarzán”, Johnny Weissmüller, en los cines Majestic y El Piojito, frente a la Alameda de Santa María la Ribera.
Muy joven decidió estudiar derecho y especializarse en el área penal. Ya había terminado sus estudios básicos en la Secundaria 1 y en la Preparatoria 1, en el Centro Histórico, cuando ingresó a la Facultad de Derecho. Ahí comenzó a trabajar como “proyectista” de sentencias en juzgados y adquirió bastante experiencia sobre los problemas a los que se enfrentan los impartidores de justicia, pero sobre todo las víctimas y denunciantes.
La experiencia acumulada a lo largo de casi 50 años dentro del derecho mexicano está depositada en la propuesta de la UNAM para reformar al Ministerio Público.
Esa propuesta contiene acciones claras, concretas, precisas, detalladas, viables y eficaces para superar los vicios de ese organismo.
En esta propuesta del Programa Universitario de Derechos Humanos se pide que la estructura del Ministerio Público cuente con cuatro componentes: 1) fiscales o agentes del Ministerio Público; 2) Policía de Investigación sólidamente preparada para investigar los delitos, y tan confiable que pueda recibir denuncias, incluso desde una tableta; 3) un Instituto Nacional de Ciencias Forenses con autonomía; y 4) un consejo de procuración de justicia que supervise lo que hace el MP y que proponga medidas de mejora continua.
“Una de las ideas centrales es que los aspirantes a trabajar en el Ministerio Público, pues así como para ser cardiólogo no basta con tener la carrera de cirujano, para ser agente del Ministerio Público no debería bastar con tener el título de abogado. Debería haber una especialización de por lo menos dos años para ser agente, o policía de Investigación o perito. Ésta debe ser la formación inicial pero luego debe haber una capacitación constante, como ocurre con los médicos o con los abogados litigantes. La capacitación debe estar presente en toda su vida profesional”, indica el expresidente de la CDHDF, quien hace años recibió la Medalla de Caballero de la Legión de Honor, del gobierno de Francia, por su defensa de los Derechos Humanos./LA CRONICA-PUNTO