El acuerdo in extremis que paraliza la Imposición arancelaria del 5% a los productos mexicanos alcanzado la noche del viernes entre EU y México deja una sensación agridulce ante el primer desafío real al que se ha enfrentado el Gobierno de Obrador.
Si bien la delegación mexicana trató de transmitir sensación de victoria por haber parado el golpe, entre la opinión pública se extiende la idea de que México se convertirá en el muro que Trump no ha podido construir.
El acuerdo pone fin al modelo migratorio mexicano. Desde su llegada al poder en diciembre, Obrador ha puesto en marcha una errática política de migración que finalmente se ha plegado al diseño de Washington./ EL PAÍS