Los videos compartidos en redes sociales son crudos, al grito de: “¡mátenlos!” “¡Péguenles”! “Con los niños, no!” “¡Es violador!”, una turba enardecida comete linchamientos en diferentes zonas del país, siendo Puebla uno de los estados más afectados.
La Fiscalía General de esa entidad señala que una persona muere víctima de linchamiento cada dos meses desde 2019, lo que hasta la fecha se han contabilizado 42 decesos por ese delito.
Tan solo el pasado 10 de octubre, se registraron tres intentos de linchamiento en los municipios de Tlapanalá, San Pedro Cholula, General Felipe Ángeles y Nealtican, de los cuales dos se consumaron y tres personas fueron rescatadas, pero con lesiones graves.
- Tras ser cuestionada al respecto, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, aseguró que “hay comunicación con el secretario de Seguridad Ciudadana, y los secretarios estatales para evitar estos casos”.
- Ese mismo día, el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, informó que en Puebla se han registrado en el último año, más de 400 intentos de linchamientos, de los cuales solo cuatro se han consumado.
“Hemos tenido cerca de 400 intentos, de los cuales solo cuatro se han consumado. Nuestra intención es que no suceda ninguno”, aseguró.
El gobernador llamó a los alcaldes a conocer el protocolo de actuación para activar la alerta y solicitar la ayuda del gobierno estatal, así como de la Guardia Nacional en caso de ser necesario, pero, ¿qué motiva que se cometan estos delitos? ¿Es solo la percepción de falta de justicia en el país? Si bien la principal razón es la presunta comisión de un delito, también se han registrado casos en la que mueren inocentes a causa de rumores falsos.
¿Qué motivan los linchamientos?
Gema Kloppe-Santamaría, socióloga e historiadora, dijo que para que haya linchamientos o intentos de éstos, influyen factores como la desconfianza hacia las autoridades: “no es necesariamente la ausencia del Estado o de autoridades lo que llevan a los linchamientos, (aunque) haya presencia de éstas, no son suficientes porque no tienen legitimidad”, aseguró.
Otro factor es la percepción del delito en la población ante los delitos de robo o secuestro y los cometidos contra menores de edad, que trastocan más a la sociedad.
“En particular muchos de los linchamientos que han llamado la atención pública recientemente son intentos de linchamiento o linchamiento que están vinculados con el secuestro de un menor o una forma de abuso de violencia contra un menor de edad”, dijo la especialista en entrevista.
- Un ejemplo de ello es el linchamiento contra los presuntos feminicidas de la niña Camila en Taxco, Guerrero en marzo de este año, en donde pobladores golpearon a Ana Rosa, y a sus hijos Juan (años) y Axel (21), quienes fueron acusados del secuestro y feminicidio de la menor. La mujer murió a consecuencia de los golpes, mientras que los jóvenes enfrentan un juicio en su contra.
Tadeo Luna de la Mora, doctor en Criminología y profesor de la Universidad Iberoamericana en Puebla, comentó que además de la percepción de impunidad por parte de las instituciones a cargo de la justicia en el país, también se suman factores como la pobreza, la marginación, las desigualdades históricas, “y si lo vemos desde este punto de vista, atender estos factores también es tarea del Estado, es algo que tampoco están haciendo”.
Linchan por brujería
Si bien la comisión de algún delito conmina a cometer linchamientos, existen otros como religiosos y acusaciones de brujería.
“Hay casos, como en Veracruz o Chiapas, donde comunidades expulsan a vecinos o los apedrean porque son de otra religión. O linchamiento porque acusan a una mujer con ser bruja Esto que pasa a nivel mundial, pero todavía pasa en algunos estados en México en donde existe esa percepción. Hace unos años documenté hemerográficamente un caso en Veracruz, sobre un presunto linchamiento por acusación de brujería”, ejemplificó el especialista.
Números de casos desdibujados
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) admite en su Informe Especial sobre los Linchamientos en el territorio Nacional que carece de una estadística oficial que permita visibilizar esta problemática en el país, y los casos de los que se tienen registro se realizan por vía hemerográfica, en donde se observa que esta problemática social se multiplica
El especialista de la Ibero Puebla asegura que las investigaciones las sustenta por medio de la prensa, porque “¿quién se entera de linchamiento en la Sierra del Norte de Puebla?. Entonces es muy difícil, siempre hay ahí como un sesgo, tenemos información y es en la que nos basamos, pero siempre sabiendo que podría no mostrar la totalidad del fenómeno”.
Focos rojos
En el Informe especial se incluye una encuesta aplicada a 1,212 cuestionarios en cuatro estados de la República donde se han presentado con mayor frecuencia casos de linchamientos durante el periodo 1988-2014, identificados como “focos rojos” y son los siguientes:
- Estado de México
- Puebla
- Ciudad de México
- Morelos
En este sentido, Tadeo Luna destaca que los linchamientos no solo se cometen en lugares alejados o zonas rurales, sino que también se cometen en las ciudades y zonas urbanas. Una muestra de ello es en Guadalajara, en donde una turba quería linchar al conductor que atropelló a asistentes que participaban en una procesión religiosa en contra del derecho al aborto el sábado 26 de octubre. Sin embargo, otras personas impidieron que le siguieran pegando y lo entregaron a las autoridades.
“Hemos visto como cada vez más en las ciudades, no solo en Puebla, en la Ciudad de México, en el Estado de México, inclusive nosotros tenemos cada vez más linchamientos en estados y en ciudades donde típicamente no se linchaba, por ejemplo en la zona metropolitana de Monterrey, es cada vez más común”, explica.
Castigo convertido en performance
Sobre la exposición de las personas linchadas con videos del hecho en redes sociales, Gema Kloppe-Santamaría aseguró que es un mensaje dirigido tanto a quienes deseen cometer actos ilícitos, para persuadirlos de su idea, como para las autoridades con la idea tácita de: “mientras nosotros percibamos que la policía es cómplice de los delitos o que no les da el castigo que se merecen, vamos a tomar justicia por mano propia”.
- “En los casos que he estudiado, la manera en la que se publicitaban estos eventos era a través de la congregación de la gente en lugares públicos y lo hacían un espectáculo. Actualmente las redes sociales han permitido que se exponencia el público de esta forma de violencia como una forma de castigo, porque hay que entender que aunque pase fuera de la ley, esta es una forma de castigo, una forma de castigo extralegal”, asegura.
¿Cómo se castiga el delito de linchamiento?
La Constitución Política, en su Artículo 17, estipula que ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho. «Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartir en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito, quedando, en consecuencia, prohibidas las costas judiciales”.
La figura de linchamiento no está contemplada en el Código Penal Federal, pero al cometerse alguna agresión contra alguien, se podría recurrir al Artículo 289 de dicho Código que estipula lo siguiente:
“Al que infiera una lesión que no ponga en peligro la vida del ofendido y tarde en sanar menos de quince días, se le impondrán de tres a ocho meses de prisión, o de treinta a cincuenta días multa, o ambas sanciones a juicio del juez. Si tarda en sanar más de quince días, se le impondrán de cuatro meses a dos años de prisión y de sesenta a doscientos setenta días multa. En estos casos, el delito se perseguirá por querella, salvo en el que contempla el artículo 295, en cuyo caso se perseguirá de oficio”.
- Mientras que el Artículo 292 del mismo Código indica que “se impondrán de cinco a ocho años de prisión al que infiera una lesión de la que resulte una enfermedad segura o probablemente incurable, la inutilización completa o la pérdida de un ojo, de un brazo, de una mano, de una pierna o de un pie, o de cualquier otro órgano; cuando quede perjudicada para siempre, cualquiera función orgánica o cuando el ofendido quede sordo, impotente o con una deformidad incorregible”.
“Se impondrán de seis a diez años de prisión, al que infiera una lesión a consecuencia de la cual resulte incapacidad permanente para trabajar, enajenación mental, la pérdida de la vista o del habla o de las funciones sexuales”.
Prevención, en vez de protocolos de respuesta
Ante la falta de tipificación del delito, carecer de registros oficiales, y que durante los linchamientos, la gente participante se despersonaliza, «se vuelve turba», Tadeo Luna, asegura que ayudaría más tener estrategias de prevención en vez de protocolos reactivos por parte de las autoridades tal y como ocurre en Puebla.
“Nosotros empezamos a seguir esta cuestión de linchamientos desde 2018 y desde esa fecha no conozco que haya una sola política que busque la prevención de los linchamientos. Lo que existe al menos acá en Puebla y esto por cumplir con una recomendación de la CNDH fue un protocolo reactivo hacia los linchamientos, qué hacer en cuanto la turba ya está enardecida”, destacó el doctor en criminología.
En tanto,Gema Kloppe-Santamaría recordó que los linchamientos son una forma violenta que querer hacer justicia que no es legal.
“Y de una manera más proactiva, se debe actuar desde la sociedad civil, Organizaciones de Derechos Humanos, Iglesia, Academia, para que exista un conjunto de acciones y crear conciencia a nivel colectivo y también para prevenir estos actos a nivel local”, finalizó la profesora en el departamento de Sociología y Criminología en University College Cork, en Irlanda./Agencias-PUNTOporPUNTO