El reloj corre y sigue sin haber acuerdo para el Brexit. A poco más de dos meses de la fecha para que el Reino Unido abandone la Unión Europea, su primer ministro, Boris Johnson, aterrizó ayer en Berlín para tratar de arrancar nuevas concesiones a la UE.
Eso, o un Brexit salvaje, con consecuencias imprevisibles para la ya delicada economía europea. Johnson aseguró “que queremos un acuerdo” pero pidió acabar con la salvaguarda irlandesa. Berlín no movió ficha, pero le animó a ofrecer una solución alternativa en 30 días.
La canciller alemana, Angela Merkel, mostró cierta flexibilidad, a pesar del rechazo de sus socios a prescindir del protocolo norirlandés, al considerar posible alcanzar una solución alternativa. Explicó que la salvaguarda es “la expresión de un problema sin solución. Cuando se resuelva el problema, no será necesaria”.
- Insistió en que el protocolo de la frontera norirlandesa fue concebido como un último recurso y que en principio se habían dado un plazo de dos anos para lograr encontrar una solución para asegurar que se respetan los Acuerdos del Viernes Santo de 1998. “¡Pero tal vez podamos encontrar una solución en 30 días, ¿por qué no?!”, se preguntó./ EL PAÍS