Para el sociólogo especialista en religión, Bernardo Barranco, la relación entre el gobierno y las iglesias del país se encuentra en un momento de confusión, debido a que el presidente Andrés Manuel López Obrador constantemente sobrepasa los límites del Estado laico, pese a que uno de sus principales estandartes son las Leyes de Reforma de Benito Juárez García.
- “El Estado laico está en un momento de confusión, hay desorden, el presidente ha introducido desorden. Felizmente se ha dado cuenta que nos ha metido en un laberinto complejo (…) Él tiene una actitud muy abierta con todas las religiones, incluyendo las mesoamericanas, y las chamanicas, pero más que un hombre religioso, es un animal político en el sentido aristotélico de que utiliza a la sociedad.
- “Él tiene un uso político de la religión. Esa es la advertencia más fuerte: hace de lo religioso un activo político peligroso para el país”, argumenta el especialista en entrevista con Reporte Índigo.
Es así que mientras el expresidente Benito Juárez plantea la separación entre Iglesia y Estado y funda la República liberal mexicana, el actual jefe del Ejecutivo federal utiliza el capital de las iglesias del país para que colaboren y apoyen en sus programas sociales.
“Su diagnóstico del país es que vivimos una crisis de valores, vivimos una crisis del tejido social, está roto. Dice que la moralidad tiene que restituirse y deben de ayudar para que la sociedad nuevamente pueda restablecerse. Las Iglesias tienen un papel central en la reconstrucción del tejido social”, agrega Bernardo Barranco.
Según el especialista, el peligro se encuentra en que si bien debe de haber un diálogo con las iglesias, porque tienen un peso sobre la población, estas no deben de incidir en la agenda pública y el Estado no debe de buscarlas para legitimar sus políticas de gobierno.
“Esta confusión se puede convertir en algo dramático para la democracia y para el sistema de libertades, porque algunas iglesias tienen agendas de exclusión. El papel del Estado no es tomar parte, su rol es crear la condiciones para que toda la diversidad de cultos conviva y coexista.
- “Cuando el Estado toma partido, y ese es el riesgo de la Constitución Moral, el Estado laico deja de cumplir su función porque toma partido por una moral. Desde el poder te dicen que es lo bueno y que es lo malo. El Estado no debe de ser regresivo a su rol, por más mesiánico que sea la aspiración del presidente (López Obrador), no debe de transgredir, el Estado laico debe de salvaguardar la libertad y la democracia” agrega el entrevistado.
Bernardo Barranco se encuentra junto Roberto Blancarte presentando su libro AMLO y la religión, el Estado laico bajo amenaza en el cual a través de dos ensayos desentrañan esa relación compleja actual entre lo político y religioso que se ha venido agudizando por las posturas del presidente López Obrador.
Para Blanquearte, parte del discurso del político tabasqueño está muy relacionado con el del rol del mesías.
“Roberto Blanquearte plantea que Andrés Manuel está ungido por una especie de llamado divino al querer salvar no solo la estructura política, económica del país, sino también que tiene una especie de mandato de salvación de almas, una especie de purificación del país. Por eso el libro, para advertir regresiones, confusiones y el actual desorden en la cancha”, concluye Bernardo Brranco./REPORTE ÍNTEGRO-PUNTOporPUNTO