México llega a la temporada de invierno, en la que se espera un incremento considerable de los contagios de Covid-19, con un sistema de salud que acusa alarmantes signos de saturación y falta de medicamentos, sobre todo para atender pacientes críticos.
- De acuerdo con el Sistema de Información de la Red IRAG de la Secretaría de Salud, al jueves pasado, ocho entidades federativas presentaban una ocupación de camas en hospitalización de más de 50%, entre ellas dos (la Ciudad de México y el Estado de México) superiores a 70% y tres entre 60 y 65 por ciento.
El caso más grave es la capital del país, con una ocupación de 80.21% y avanzando.
Sin embargo, otras entidades muestran tendencias al alza alarmantes en sus registros de internación. Tal es el caso de Guanajuato, que al jueves pasado tenía 65.99% de sus camas de hospital ocupadas; Hidalgo, 62.73%; Nuevo León, 58.54% y Durango, 53.66 por ciento.
En algunas entidades se encendieron las alarmas debido a que se saturaron las camas de las Unidades de Cuidados Intensivos, que es donde se atienden los pacientes más graves.
- En este caso, Zacatecas registra una ocupación de 91.42%, Tlaxcala 87.50%; Durango 81.96%; Querétaro 80.55% y Ciudad de México 73.26 por ciento.
- Hasta ese día, 28 municipios registraban saturación total en los hospitales ubicados dentro de sus demarcaciones territoriales; en 13 la ocupación estaba entre 90 y 99%. En 121 municipios la ocupación es de 50% o más.
De los municipios que tienen sus hospitales completamente saturados nueve son de Guanajuato, ocho del Estado de México y seis de Chihuahua.
Faltan fármacos para sedar intubados
Además de la saturación, autoridades, médicos y derechohabientes, han informado de la falta de medicamentos.
En las últimas semanas han denunciado con más frecuencia la falta de fármacos utilizados en pacientes intubados.
Desde principios de mes, el secretario de Salud del gobierno de Baja California, Alonso Pérez Rico, hizo un llamado a los proveedores de sedantes para que surtan a los hospitales del estado.
Particularmente rocuronio, miracuronio, cisatracurio, relajantes musculares, propofolc, dexmedetomidina y midazolam.
“Si alguien de ustedes tiene medicamento, ocupamos como 10,000 ampolletas por semana”, dijo
Denuncias similares han ocurrido en los estados de México, San Luis Potosí, Chiapas, Aguascalientes, Colima y Chihuahua.
No aprendimos la lección
Alejandro Macías, quien en 2009 estuvo a cargo de la estrategia del gobierno federal para hacer frente a la pandemia de la Influenza H1N1, dijo que el sistema de salud mexicano llega a esta temporada de frío en una situación muy difícil.
“No tenemos suficientes camas de terapia intensiva, no tenemos suficiente personal capacitado y los casos están aumentando. Por desgracia el escenario de saturación que se plantea para los meses venideros no es halagüeño. Lo más probable es que, en las próximas semanas, la pandemia nos muestre lo peor de lo que nos ha mostrado”.
Recalcó que el sistema no se encontraba bien abastecido, la inversión en salud era poca, no solo de ahora sino desde años recientes.
- Expuso que, si bien se compraron muchos ventiladores para paliar la situación, no es una solución en todo, pues no se trata nada más de tener ventiladores, sino de contar con el material, el equipo, las camas y el personal para manejar esos aparatos.
“Cuando empezó la pandemia México tenía muy poquito de eso. Nuestras capacidades de terapia intensiva son muy pocas, muy pobres y eso no se ha incrementado porque no se puede de la noche a la mañana inventar un personal que no existe”, abundó.
El experto en estos temas dijo que, como país, tenemos pobre capacidad de manejar en terapia intensiva a los pacientes; tenemos pocos ventiladores, aunque tenemos más de los que se tenían a principios del año, eso no necesariamente mejora el pronóstico porque no hay personal suficiente de terapia intensiva y eso ocurre porque no aprendimos las lecciones por ejemplo de la pandemia de 2009 y de 2010.
Nadie estaba preparado
Mauricio Rodríguez Álvarez, vocero de la Comisión de la UNAM para la atención de la emergencia de la Covid-19 destacó que nadie está preparado para una emergencia de estas dimensiones.
“Para haber estado preparado debimos haber tenido un hospital vacío, con 1,000 camas vacías, con una bodega de medicamentos que no sabíamos que se iban a usar”.
- Álvarez comentó que, al inicio de la pandemia, el gobierno estaba contemplando que para estas fechas no iba a estar tan fuerte la epidemia. “No estaba preparado para esto”. Sin embargo, destacó que, lo que sí se tiene, es más experiencia que hace nueve meses. Al menos en las reconversiones de unidades médicas y hospitalarias, lo cual implica entre muchas otras acciones, trasladar personal, ampliar el número de camas rápido.
- Recordó que a lo largo de la pandemia se han tenido episodios en los que se ha tenido que ampliar de manera urgente espacios hospitalarios en sitios como Acapulco, Chihuahua y Durango.
Por otro lado, si bien no se cuenta con una cura específica contra esa enfermedad, ya se tiene un poco más de claridad en el manejo de los pacientes. Qué se debe de hacer, qué no. Qué medicamentos se necesitan, cómo evaluar a los pacientes durante su hospitalización.
El doctor Macías expuso que los medicamentos para manejar en la consulta externa a los pacientes no son los mismos que en los hospitales.
También destacó que en estos momentos hay un uso de oxígeno que supera con mucho las demandas habituales de los hospitales y hay algunos que han batallado ya para tener suficiente.
No podemos perder tiempo
El especialista mencionó que lo que sí podemos hacer es no perder el tiempo cuando la enfermedad empieza.
- “Cuando la enfermedad comienza y anuncia su llegada con fiebre, tos, dolor de garganta, poco a poco va perdiéndose la oxigenación. Hay que recordar el 80-15. Que quiere decir que 80% no van a tener problema. Esos nunca van a perder la oxigenación, pero 15% van a necesitar oxigeno adicional o sea qué es lo que podemos hacer, es advertirle a la gente que no pierda el tiempo tomando una serie de medicamentos, a la gente y a los médicos que los atendemos, tenemos que saber que no debemos de llenar de medicinas a la gente que además no le va a servir”, indicó.
Comentó que generalmente la gente, en el primer nivel de atención, sale recetada con un antibiótico, a veces hidroxicloroquina, iverectina, azitromicina, medicamentos polifarmacia que no les van a servir.
“Lo que tendríamos que hacer es un analgésico y advertirle a la gente que tenga un oxímetro y eso nos devuelve a lo que decíamos: no perder el tiempo”.
- “Si tú no necesitas oxigeno no pasa nada. Con un analgésico la vas a hacer, pero si necesitas oxígeno y no te das cuenta porque no tienes un oxímetro, porque esa enfermedad da bajo nivel de oxígeno en la sangre y no se dan cuenta, lo que se llama hipoxia feliz —que te baja el oxígeno—, no te das cuenta y nadie te dijo que te compres un oxígeno que ya son económicos, entonces estas tomando medicina con una falsa sensación de seguridad porque ya estás recetado y estás en tres, cuatro, cinco días perdiendo tu oxigenación y entrando en gravedad sin darte cuenta. Si llegas al quinto o al sexto día al hospital ya vas muy grave”.
El próximo lunes 21 de diciembre empieza oficialmente la estación de invierno, poco a poco el frío se intensifica, la gente espera la Navidad y la noche de Año Nuevo. La pandemia está tocado a la puerta y el sistema de salud ya está resfriado y tosiendo./EL ECONOMISTA-PUNTOPORPUNTO