Los linchamientos se presentan con mayor frecuencia en los estados de la zona centro y sur del país debido al empobrecimiento extendido de la población, aunado a las condiciones de alta densidad poblacional y mayor crecimiento de los conflictos sociales, aseguró el doctor Raúl Rodríguez Guillén, profesor de Sociología en la UAM Azcapotzalco.
- Tabasco y Oaxaca, dos de las cinco entidades que lideran la incidencia de linchamientos en México, registran un incremento en sus niveles de pobreza, según los reportes bianuales del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
- Rodríguez Guillén destaca el caso de Tabasco, entidad en la que sólo se presentaron dos linchamientos de 2010 a 2014, y en los últimos cinco años ocurrieron 30.
- Donde no había (linchamientos) y crece mucho es en Tabasco; de ser el 18 o 19, ahora es el quinto lugar”, explica.
- Las cifras del Coneval indican que para 2010 en Tabasco 84.3% de los habitantes vivía con al menos una carencia social; en 2016, la cifra se elevó a 86.3 por ciento.
- En 2010, 38.9% de la población de esta entidad vivía en carencia por acceso a los servicios básicos de vivienda; para 2016, la estadística subió a 48.8 por ciento.
- En Oaxaca también se elevaron los linchamientos y los índices de pobreza. De 1988 a 2009 se presentaron 27 ataques; en los últimos cinco años, fueron 40.
- Aunado a ello, en 2010, 67.0% de la población vivía en situación de pobreza; para 2016, se elevó a 70.4 por ciento. El porcentaje de la población con al menos una carencia social en 2010 era de 89.2%; para 2016, subió a 90.3 por ciento.
En el rubro carencia por acceso a los servicios básicos en la vivienda, 58.0% de la población vivía en esa condición en el año 2010; para 2016 subió a 62.0 por ciento.
De acuerdo con el especialista, pese a que en cualquier persona puede surgir el sentimiento de reclamar justicia, los linchamientos son más frecuentes en las zonas con carencia de servicios básicos.
La predisposición a actuar existe (…) la irritación social, el descontento y contexto de una sociedad con mayores carencias y empobrecida donde no importa lo robado, sino el acto.
Le duele más a un obrero que le roben 300 que a alguien de clase media le roben su auto. Tiene mayor impacto (en el obrero) porque de eso depende no sólo su transporte, sino la escuela de su hijo o alimentación de la familia”, explicó.
Este fenómeno también encendió focos rojos en la Cámara de Diputados. El 3 de octubre, Excélsior informó sobre el exhortó que hizo al Ejecutivo federal y los gobiernos estatales y municipales para implementar estrategias de prevención y acciones que eviten este fenómeno./EXCÉLSIOR- PUNTOporPUNTO