A la graduación de la escuela normal rural de Ayotzinapa faltaron ayer 43 alumnos. Familiares, amigos, profesores y el resto de compañeros de su promoción homenajearon ayer a los 43 estudiantes desparecidos durante la graduación que debería haberles convertido en profesores en Guerrero, uno de las zonas más pobres, olvidadas y violentas del país. Cuatro años después, las familias siguen clamando justicia sobre un caso plagado de puntos ciegos, dobleces e incertidumbres que convulsionó México hasta convertirse en el hito más oscuro de la legislatura de Enrique Peña Nieto./ EL PAÍS