Nada más durante la última semana, se suscitaron tres eventos que dejan entrever la falta de control que impera en distintas zonas del país a once meses del cambio de administración federal.
- En Michoacán, en una acción descrita por la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, como “una circunstancia que se da como se dan todos los eventos en el país, todos los días, a todas horas, en todos los lugares” un convoy de cinco patrullas de la Policía municipal de Michoacán fue emboscado por 30 hombres fuertemente armados cuando acudía a ejecutar una orden de un juez al municipio de Aguililla, en Tierra Caliente. El saldo fue de 13 policías muertos.
- Dos días después, el miércoles 16 de octubre, en Guerrero, 14 integrantes de un grupo armado y un oficial del Ejército resultaron muertos en otro enfrentamiento en Tepochica, una comunidad cercana al municipio de Iguala.
- Habitantes del lugar contaron a medios locales que la violencia en la zona se recrudeció a partir de la liberación de los implicados en el caso Ayotzinapa durante el mes de septiembre pasado.
- Sin embargo, el evento cumbre que terminó por encender las alarmas y poner en entredicho a los tres órdenes de gobierno, fue la liberación de Ovidio Guzmán López, hijo de “El Chapo” Guzmán, el jueves por la noche tras haber sido capturado por las fuerzas del orden del Estado.
- De acuerdo con las versiones oficiales que se dieron a conocer hasta el viernes 18 de octubre por el Gabinete de Seguridad encabezado por Alfonso Durazo, secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, así como por el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Crecencio Sandoval, en un afán por obtener resultados positivos, se actuó de manera precipitada con deficiente planeación y falta de previsión sobre las consecuencias.
- Por su parte, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), confirmó durante su conferencia mañanera del viernes de la semana pasada, lo que ya se sospechaba desde el jueves en la noche pero ninguna autoridad confirmó: se detuvo a Ovidio Guzmán y después se le liberó con la aprobación del Ejecutivo.
- Luis Crecencio Sandoval, titular de la Sedena, aceptó que el operativo estuvo desorganizado y no midieron las consecuencias que provocaría en Culiacán, Sinaloa
- “El secretario de la Defensa, el secretario de Marina, el secretario de Seguridad, se concentraron, se reunieron y le dieron seguimiento al problema, y tomaron decisiones que yo respaldo, que yo avalo porque se tornó muy difícil la situación.
Estaban en riesgo muchos ciudadanos, muchas personas, muchos seres humanos, y se decidió proteger la vida de las personas. Y yo estuve de acuerdo con eso porque no se trata de masacres, eso ya se terminó. No puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de las personas
Para el domingo y por tercer día consecutivo, López Obrador insistió.
”¡Somos humanos, muy humanos! Acabamos de tomar una decisión muy difícil, pero muy humana en el conflicto de Culiacán, Sinaloa: decidimos primero la vida de los seres humanos, no a la violencia. La paz, la tranquilidad, no la discordia, no el odio, no la violencia”, justificó el tabasqueño.
- Sin embargo, para Raúl Benítez, investigador del Centro de Estudios de América del Norte de la Universidad Nacional Autónoma de México, no existe una estrategia contra la inseguridad real por parte del actual gobierno Federal.
- “Creo que no hay una estrategia de seguridad del Estado mexicano y entonces cada circunstancia la manejan caso por caso. En esta ocasión los que reaccionaron muy rápido fue la organización criminal y mostraron que están coordinados en Culiacán, lo que demuestra que tienen el control de esa ciudad.
- “Reaccionaron atacando instalaciones militares y quemando autobuses; usando bazucas, rifles barret, entonces, esta reacción inmediata del Cartel de Sinaloa puso al Estado rápidamente contra la pared y el Estado argumentó que para evitar una “carnicería”, en sus palabras, se liberó a Ovidio. Esto quiere decir que el Cartel de Sinaloa es el que tiene una estrategia ante un Estado indefenso”.
No obstante, es importante aclarar que la escalada de inseguridad y violencia y el vacío de gobernabilidad en México no es nuevo ni exclusivo de la administración actual, se viene desarrollando desde finales del sexenio foxista y se agudizó durante las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Por lo tanto, es fundamental que hoy tanto el gobierno a nivel federal como local se comprometan y trabajen en conjunto para revertir esta crisis.
- Hoy, el gobierno Federal a cargo de Andrés Manuel López Obrador, no ha podido revertir la tendencia, y a dos meses de cumplirse el primer año de su administración, tiene ante sí la oportunidad y la necesidad de dar un cambio radical en la estrategia de seguridad, para lo que también se requiere un mayor compromiso de los gobiernos locales, quienes han sido omisos ante la crisis./REPORTE INDIGO-PUNTOporPUNTO