La resignación convive con la desesperanza y se mezcla con la desesperación en la frontera entre México y EU. El endurecimiento de la política migratoria del presidente estadounidense, Donald Trump, amenaza con desbordar el lado mexicano donde se gesta una crisis humana que pone a prueba al Gobierno López Obrador. Miles de centroamericanos aguardan para solicitar los trámites de asilo en EU, un proceso cada vez más lento. Mientras, la espera en territorio mexicano, la saturación de los albergues y el acecho de las mafias que cruzan muestran las enormes carencias de las localidades fronterizas que reciben este flujo migratorio. “El País” ha viajado a tres de ellas: San Luis Río Colorado -en Sonora y fronteriza con Arizona- Mexicali y Tijuana, ambas en Baja California. Tres ciudades que son el cruce del drama humano y el juego de la política./ EL PAÍS