El histórico juicio político contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comenzó este martes 21 de enero en el Senado con un debate sobre las reglas del proceso que tiene a la mayoría republicana y a la oposición demócrata en una enconada pugna.
Cuatro meses después de que explotó el escándalo ucraniano que lastró al gobierno de Trump antes de las elecciones presidenciales de noviembre de 2020, los 100 senadores se reunieron para dar comienzo a un juicio que probablemente concluirá con la absolución del mandatario.
Los senadores deben decidir en un tribunal presidido por el jefe de la Corte Suprema, John Roberts, sobre los cargos que la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, le imputó a Trump el mes pasado: abuso de poder y obstrucción al Congreso.
Trump se convirtió así en el tercer presidente en la historia de Estados Unidos en ser sometido a juicio político, después de Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1999.
- El jefe de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, introdujo un proyecto de resolución sobre el procedimiento con el que busca poner restricciones a la evidencia de la investigación y a la presentación de testigos así como acelerar el proceso.
«La estructura básica que estamos proponiendo es igualmente justa como equilibrada», dijo McConnell. «No hay ningún motivo por el cual el voto sobre esta resolución pueda ser algo remotamente partidista», agregó.
- La hoja de ruta sugiere que los argumentos se presentarán en sesiones de 12 horas que comenzarán a las 13H00 hora local (18H00 GMT) y que se extenderán hasta la madrugada.
- La presidente de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, acusó a McConnell querer «esconder la verdad al Senado y al pueblo estadounidense».
Antes del inicio del debate, McConnell, defendió tener un proceso abreviado y alegó que la petición demócrata de incluir testimonios de altos cargos de la Casa Blanca es un privilegio constitucional que ostenta la presidencia.
«Ir a por estos testigos podría retrasar el juicio y arrastrarnos en una compleja batalla legal sobre el privilegio profesional», defendió McConnell, para quien esto podría tener repercusiones permanentes sobre la esencia de los Poderes del Estado y la «institución presidencial».
Los demócratas quieren el testimonio de altos funcionarios, como el jefe de gabinete de Trump, Mick Mulvaney, y el exasesor de Seguridad Nacional John Bolton, con la expectativa de que aporten detalles de los intercambios del mandatario con Ucrania.
Bolton dijo que estaba dispuesto a testificar, si lo citan.
Para el jefe de la bancada demócrata en el Senado, Chuck Schumer, este proceso parece «diseñado por y para Trump» y criticó que McConnell presentara su proyecto de resolución con las reglas del proceso en víspera del inicio del juicio.
Por último lamentó la estructura del calendario y dijo que «este será un juicio apresurado, con poca evidencia, en medio de la noche, literalmente».
Las acusaciones contra Trump
Según la acusación, Trump intentó presionar a Ucrania para que interfiriera en las elecciones de 2020 en su favor, sugiriendo a su homólogo Volodimir Zelenski que investigara los negocios del hijo de Joe Biden, quien podría ser su rival demócrata en las presidenciales de noviembre.
Después, según los opositores, obstruyó el trabajó de la investigación en el Congreso al negarse a que sus principales asesores testificaran.
- Trump y Zelenski hablaron por teléfono el 25 de julio, conversación durante la cual el mandatario estadounidense lo habría presionado para que anunciara una investigación sobre Biden.
- Según los demócratas que lideraron la investigación, Trump manipuló a Ucrania al retener cerca de 400 millones de dólares en ayuda militar para un país que tiene un conflicto con rebeldes prorusos en el este de su territorio.
Se espera que los senadores voten de acuerdo a los lineamientos de su partido, y Trump cuenta con el apoyo de la mayoría republicana en el Senado, donde ostenta 53 escaños, por lo que el juicio político no tiene visos de prosperar.
Una «vergüenza nacional»
Los demócratas no han escatimado en críticas. El legislador demócrata Adam Schiff, a cargo de la acusación contra Trump, dijo que los republicanos buscan celebrar un proceso «amañado» reduciendo su duración y extendiendo las audiencias hasta muy tarde en la noche.
«Este es el proceso si uno no quiere que el pueblo estadounidense vea la evidencia», dijo Schiff, que lideró las investigación contra Trump en la Cámara de Representantes.
Schumer catalogó el cronograma de McConnell como una «vergüenza nacional».
La Casa Blanca espera que el juicio finalice en dos semanas.
Trump está en Davos para participar en el Foro Económico Mundial y desde donde volvió a calificar al proceso en su contra de «una caza de brujas que ha estado sucediendo durante años y, francamente, es vergonzoso»./EL ECONOMISTA-PUNTOporPUNTO