Las nuevas investigaciones sobre la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa indican que posiblemente fueron dispersados hacia municipios aledaños a Iguala, afirmó Vidulfo Rosales, abogado de los padres de las víctimas. Ayer se realizó una marcha a la Basílica de Guadalupe, donde se efectuó una misa en recuerdo de los estudiantes.
- Nuevas investigaciones sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa arrojan que los estudiantes pudieron haber sido divididos en varios grupos, por lo que su ubicación estaría en diferentes municipios aledaños a Iguala, Guerrero, afirmó Vidulfo Rosales, abogado de los padres de los jóvenes.
- Lo anterior, dijo, es contrario a lo que se planteó en la llamada verdad histórica con la teoría de que fueron llevados al basurero de Cocula. El conjunto de datos y pruebas que se tienen, insistió, advierten que no hay un solo punto en el cual los 43 estudiantes hayan sido trasladados.
- Durante la marcha que realizaron familiares de los normalistas desaparecidos, de la Glorieta de Peralvillo a la Basílica de Guadalupe, donde se celebró una misa, Rosales también señaló que si bien la búsqueda que se hace de los jóvenes es para encontrarlos con vida, aproximadamente 90 por ciento de las acciones en este sentido han sido en fosas.
- No obstante, reiteró: “‘mientras no haya evidencia científica de otra cosa, la búsqueda obviamente es que estén con vida y seguimos teniendo la esperanza de encontrarlos”.
- Agregó que como parte de las nuevas investigaciones también se analizó una sábana de 10 mil llamadas que no habían sido tomadas en cuenta, y confió en que en los próximos meses el gobierno federal pueda presentar un informe detallado sobre los avances del caso.
Al cumplirse cinco años y tres meses de la desaparición de los 43 normalistas, padres y madres de los jóvenes acudieron a la Basílica para pedir a la Virgen de Guadalupe que les permita mantener la fuerza para encontrar a sus hijos. Han sido años de dolor en los cuales se nos ha negado la verdad y la justicia, mencionaron.
Ahí, el obispo de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, ofició una misa. En su homilía dijo que este caso es una llaga que llevamos en México y no va a cerrar hasta conocer la verdad y que sepamos que se hará justicia. Lamentó que hasta el momento no se sepa dónde están y qué pasó con ellos./LA JORNADA-PUNTOporPUNTO