A pesar del confinamiento provocado por la pandemia de Covid-19 el feminicidio sigue al alza. En los primeros ocho meses de 2020 hubo un incremento de 2.3 por ciento en comparación con el mismo periodo del año anterior al pasar de 612 a 626; esta situación, alertan activistas se da porque no sólo los delitos no se investigan con perspectiva de género, sino que cada entidad tiene su propio método y fallan los protocolos.
“El delito nunca ha bajado. Los homicidios de mujeres aumentaron desde hace tres años. En mayo bajó hasta 68, pero no es que haya disminuido el delito, sino que es probable que en el mes no se investigaron con el protocolo de feminicidio. No todos los delitos son investigados con perspectiva de género, pues cada entidad tiene su método”, advirtió María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Nacional del Feminicidio (ONF).
- Un fenómeno que se vio durante el confinamiento fue una leve disminución del delito entre marzo y mayo; sin embargo, dice la activista, hay que tomar en cuenta que los Ministerios Públicos estaban cerrados.
“Se deben analizar las circunstancias de esa disminución, si fue porque las oficinas cerraron, la gente no trabajó. Tuvo una disminución en mayo, pero no se están investigando los feminicidios con el protocolo, si se hiciera con el protocolo el número subiría. (El feminicidio) no bajó en general con la pandemia”, asevera.
María Salguero, activista en derechos humanos, explicó que los datos de las autoridades federales se acercan mucho al panorama que vive el país; sin embargo, no reflejan la dimensión de la violencia que atraviesan las mujeres.
“El confinamiento es un privilegio de clases. La mayoría de las muertes, asesinados o feminicidios son por grupos del crimen organizado, pero el Gobierno no tiene capacidad para frenar ese embate. Las cifras te muestran un panorama de la situación que atraviesa el país, pero, aunque no son cifras exactas, te acercan a la realidad”, explicó.
- Advierte que falta capacitación del personal de los Ministerios Públicos y fiscalías en materia de género, seriedad en los análisis, cierre de oficinas, descanso de autoridades, entre otros que son productos de la emergencia sanitaria.
- De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) son 10 entidades las que concentran este problema: Veracruz, Chihuahua, Nuevo León, Ciudad de México, Puebla, Estado de México, Morelos, Oaxaca, Baja California y Jalisco. Datos también indican que de enero a agosto de 2018 se registraron 565, una cifra menor a la actual.
Salguero señala que la cifra negra de feminicidios se da porque los Ministerios Públicos o Fiscalías locales mandan todas las carpetas de investigación a homicidio doloso y no clasifican de manera adecuada el delito.
Wendy Figueroa, directora de la Red Nacional de Refugios, aseguró que la pandemia sólo ha mostrado la realidad de la violencia en contra de las mujeres, ya que es más visible al paso de los años, que no existe acceso a la justicia de género; pues muchas mujeres a pesar de contar con una orden de restricción que las protege, no es respetada y las autoridades le restan importancia.
“Todos los gobiernos han sido omisos y han incurrido en corrupción. Lo vemos hoy día, pues si bien no es el resultado de la pandemia, sí ha evidenciado todas estas situaciones que no lo detienen. Lo que vemos es una falta de acceso a la justicia, una carencia en la defensa de los derechos humanos de las mujeres, que invisibilizan las violencias”, detalló.
- La también activista dijo que en México hay un sistema endeble de justicia que resulta en la falta de protección y libertad para los agresores: “mientras el estado no ponga en el centro los derechos humanos, atienda la discriminación, van a seguirse perpetrando la violencia”.
- Tenemos un sistema permisivo donde el Estado también es cómplice, pues se sigue pensando que la violencia es un tema de voluntades, de hablar bonito, contar hasta diez, pero sin ser delito”, dijo.
Detalló que debe existir coordinación entre todas las Secretarías de Estado para atacar el problema, pues se debe pasar de una declaración a una acción; asimismo, explicó que el mayor ejemplo es el presupuesto para 2021, donde se refleja que no hay interés de las autoridades por la protección a las mujeres.
“Vamos a seguir así, siempre y cuando el Gobierno no escuche e invisibilice a las mujeres”, manifestó./LA RAZÓN-PUNTOporPUNTO