Revolución, matemáticas, camaradería y docencia fueron algunas de las batallas de Manuela Garín Pinilla, longeva mujer, migrante a los tres años de su natal Asturias a Cuba y después refugiada en México. Ayer murió a las 6:45 de la mañana, tranquila, en su cama y sin alguna dolencia en particular. Había cumplido 105 años de fructífera vida este primero de enero.
Después de cumplir su primer siglo de vida, Mane “le bajó” a su actividad y se dedicó a cultivar la amistad de muchos durante los infalibles desayunos de los martes en el Multi Juárez. “No los perdonaba -cuenta su nieta Manuela Álvarez Campa-; disfrutaba como nadie todos los chismes y novedades de la política, en especial los de la 4T”./ LA JORNADA