La llegada de Donald Trump a la presidencia otorgó alas al principal brazo antimigrante del Gobierno estadounidense. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), una agencia federal que, en un gesto sin precedentes, respaldó la campaña del republicano en 2016, ha tenido una visibilidad y un poder mucho mayores a los que contaba durante la gestión de Barack Obama. “La diferencia fundamental (con Trump) yo creo que está en el uso que se le está dando a ICE, que es el brazo policiaco, el brazo más parecido a la Gestapo del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés)”, aseveró Valeria Luiselli, escritora del libro “Los Niños Perdidos”, que documenta la crisis migratoria en el Gobierno de Obama en 2014./REFORMA