Una de esas experiencias es la de Laura, una joven que regresaba con sus amigas de la escuela preparatoria hacia su casa cuando un par de sujetos subieron a asaltar el microbús.
Ella viajaba en el asiento de hasta atrás cuando, en un ataque de coraje, retó a uno de los asaltantes con la mirada cuando este golpeó a una señora que se tardó mucho tiempo en abrir su bolsa y sacar su cartera.
- “¡No te me quedes viendo, perra! ¡O te va a llevar la chingada!”, le dijo el asaltante, mientras le ponía la pistola en la cabeza.
- Una de sus amigas intervino y puso su mano entre la pistola y la cabeza de Laura, pidiéndole al asaltante que se calmara. Ese día les quitaron sus teléfonos, sus aretes y sus mochilas, donde traían hasta la ropa de deportes.
- Las jóvenes decidieron no presentar ninguna denuncia. Los asaltantes se bajaron de la unidad y ellas siguieron su camino a casa.
- “Denunciar no sirve de nada, ni para qué perder el tiempo, de todas formas ni los iban a agarrar”, afirmó Laura en entrevista.
- Como ella, cientos de miles de personas tienen alguna historia relacionada con un robo, el delito que más se comete en México.
- Un estudio del Instituto Belisario Domínguez, del Senado de la República, señala que entre enero y octubre del 2018 se cometieron 596 mil 46 robos en el país, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
- Esas cifras, sin embargo, quedan lejos de la realidad. La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2018, del Inegi, revela que ocurrieron 9.5 millones de robos o asaltos.
A nivel nacional, el promedio es de 1 robo por cada 10 personas; sin embargo, en algunas zonas del país estos índices se disparan: en la Ciudad de México, el más alto, el número crece a 3 de cada 10.
Los constantes hurtos en zonas del país derivan en que ciudadanos y dueños de negocios destinen recursos para no ser víctimas de la delincuencia
La cifra negra de los delitos que no se denuncian es del 93 por ciento; es decir, más de 9 de cada 10 personas que sufren un hurto, deciden no ir ante la autoridad; y si lo hacen, muchas veces es porque en el ministerio público es requisito para el cobro de algún seguro u otra protección.
Consecuencias visibles
- En su análisis “Robos en diferentes modalidades: daño en el patrimonio de los mexicanos”, el IBD sostiene que el hurto es la raíz de otros comportamientos antisociales que lastiman a las comunidades.
- “Los robos generan diferentes consecuencias, tales como incremento de actividades violentas, linchamientos por parte de la población, violaciones a derechos humanos, ajusticiamientos, daños psicológicos, deterioro de la paz social, entre otros.
- “El hurto es un crimen tan amplio y con tantas modalidades que las consecuencias son diversas y con ramificaciones específicas, con acciones como el robo de hidrocarburos, el de identidad o de datos, los cuales son ejemplos de la complejidad de las modalidades que han surgido recientemente”, expone el IBD.
- Cifras del SESNSP señalan que de los 546 mil robos que se registraron en el país entre enero y octubre de 2018, 167 mil fueron de vehículos automotores, 75 mil a negocios, 65 mil a casa habitación, 48 mil a transeúntes, 15 mil de autopartes, 11 mil a personas que viajaban en un transporte público colectivo, 9 mil a transportistas, 4 mil fueron robo de ganado, 2 mil a transporte público individual; 329 a instituciones bancarias; y 184 mil de otras modalidades.
- El Inegi, por su parte, reportó que en 68 por ciento de los casos, lo robado fue dinero, tarjetas de crédito o cheques; y en el 51 por ciento se trató de teléfonos celulares.
- Aunque solo el 35 por ciento de los robos fueron cometidos con violencia, las consecuencias de los robos pegan a toda la sociedad.
- Cifras de la American Chamber señalan que el 38 por ciento de las empresas invierten más del 5 por ciento de su presupuesto anual en actividades de seguridad; en el 2016 eran el 16 por ciento.
- El IBD hace énfasis en que el daño no es solo al patrimonio de las personas y las empresas, sino a las comunidades enteras.
- “El robo no solo es una amenaza patrimonial para la ciudadanía y los gobiernos, sino que generan consecuencias que dañan el tejido social, como el impacto psicológico, heridas o asesinato de las víctimas, así como la violación de derechos humanos de los presuntos culpables, con actos como linchamientos o ajusticiamientos”
- El robo es un delito del fuero común, por lo que es competencia de las autoridades locales combatirlo. /REFORMA-PUNTOporPUNTO