El Papa voló ayer a Panamá para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Un evento que se celebra cada tres años pensado para atender a cientos de miles de jóvenes católicos y tratar algunas de las cuestiones que les afectan, como la inmigración y el muro que el presidente de EU, Donald Trump, quiere levantar en la frontera mexicana. Francisco fue muy claro cuando le recordaron la caravana de migrantes. “El miedo nos vuelve locos”, contestó. El pontífice no suele hablar demasiado de asuntos políticos durante el vuelo de ida de sus viajes internacionales. Pero ayer por la mañana, de aparente buen humor, a 37.000 pies y mientras sobrevolaba España, interactuó con todos los periodistas que le preguntaron sobre distintas cuestiones. La inmigración, uno de los temas clave de su pontificado y de la JMJ, fue el más comentado. Su oposición al muro no es nueva./EL PAÍS