El NARCO atrae con mentiras a UNIVERSITARIOS en busca de EMPLEO, denuncia ONG

CJNG

Colectivos de búsqueda detectaron desde el 2024 que las organizaciones delictivas someten, además de jóvenes en condiciones de vulnerabilidad, a personas con conocimientos especializados para servir a su estructura, algunos con un señalado encargo en el procesamiento de las drogas, otros para su distribución y unos más para la atención médica de los propios criminales que, probablemente, resultan lesionados en su lucha contra grupos rivales y contra las propias autoridades. Para ello, cooptan principalmente a ingenieros, pilotos, médicos y enfermeras.

  • El Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM), una asociación civil con sede en la ciudad de Chihuahua, asentó que la violencia y las desapariciones se exacerbaron a partir de la llamada “guerra contra el narcotráfico” iniciada por el entonces presidente Felipe Calderón, en 2006, y es desde entonces que han detectado que las desapariciones de personas con alguna especialidad antes mencionada han ido en aumento.
  • Al respecto, la organización A Dónde van los Desaparecidos, que ha centrado sus esfuerzos en la clasificación de las personas no localizadas por ocupación, ha intentado establecer una base de datos, sin embargo, no se ha concretado la tarea, a pesar de ello, sí han detectado que son algunas profesiones las más vulneradas por grupos delictivos, principal-mente las relacionadas a ingeniería digital o mecánica, así como de ciencias de la salud.

A Dónde van los Desaparecidos aseguró que, en el sexenio pasado, Zapopan, Guadalajara y Tlajomulco de Zúñiga, en Jalisco, concentraban el ocho por ciento de las desapariciones registradas, mientras que en las alcaldías Iztapalapa y Gustavo A. Madero, en la Ciudad de México, se ha disparado el delito; en los recientes sexenios, Jalisco se sigue conservando como uno de los principales lugares de desapariciones.

En 76 de cada 100 municipios del país, una o más personas están siendo buscadas.

Leticia Hidalgo, madre de Roy Rivera Hidalgo, desaparecido en San Nicolás de los Garza, Nuevo León, en 2011, lamentó que “no nada más aumentó la desaparición de personas, sino que siguen aumentando los cuerpos sin identificar en una impunidad absoluta, como lo dijo el Comité contra la Desaparición Forzada de Naciones Unidas y cada vez son más jóvenes, hombres, mujeres y ahora con profesión”.

  • Lety recordó el caso de Roberto Omar Elías Vaca, ingeniero industrial, quien, a decir de su familia, asistió a la Central de Tlaquepaque a una supuesta entrevista de trabajo, “pero nunca más lo volvió a ver, como es el caso de muchos chicos”.
  • Agregó que, desde entonces, sus parientes se dieron a la tarea de buscarlo sin hasta ahora tener éxito, pero encontraron en el camino a otros buscadores que coinciden en que son profesionistas muchas de las víctimas, principalmente de áreas de la salud e ingeniería.

“De manera particular, en el municipio de Cuauhtémoc, Chihuahua, no se hablaba de asesinatos, sino de desapariciones. Se cree que los grupos delictivos pretendían guardar las apariencias y las familias comenzaron a denunciar estos hechos y a visibilizar este problema que, en muchas ocasiones, los criminales realizaban en complicidad con las autoridades y cuerpos policiacos, desapareciendo sobre todo personas dedicadas a ingenierías, médicos o enfermeras”, dijo Amelia García, enfermera que dejó de laborar en la entidad.

  • García señaló que ella prefirió migrar ante esta ola de desapariciones que ya lleva años, y afirmó que en algunos casos los varones desaparecidos dejaron sus casas bajo la promesa de ser contratados en trabajos bien remunerados, pero no se volvió a saber de ellos.
  • El rector de la Universidad Iberoamericana campus Puebla, Mario Patrón Sánchez, aseguró que el reclutamiento de jóvenes profesionistas por parte del crimen organizado no es nuevo, por lo que es necesario enfocar políticas públicas con las juventudes.

Patrón Sánchez recordó que, desde las masacres de San Fernando, entre 2011 y 2013, se dio a conocer que había una especie de campos de concentración con jóvenes, incluidos profesionistas, que eran obligados a trabajar con el crimen organizado y que, una vez cumplidas sus funciones, eran asesinados.

En este sentido, recordó que “hay latitudes de nuestro país en donde los jóvenes no tienen opciones, y donde la educación superior no es una opción porque el factor de deserción se va al bachillerato, y los jóvenes a nivel bachillerato tienen las opciones y necesidad de llevar dinero a la casa y las opciones que tienen son la migración o servir de carne de cañón al crimen organizado”.

  • El Centro de investigación de Crímenes Atroces (CICA), señaló este viernes que la cronología de los eventos en el rancho Izaguirre, de Jalisco, delatan la impunidad alrededor de los casos de desapariciones en México, mismas que ahora involucrarían al crimen organizado, pero que ante todo estarían cooptando a jóvenes con futuros brillantes en distintas disciplinas.
  • CICA dijo que el caso del rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, ha generado una gran preocupación y atención mediática debido a su vinculación con el crimen organizado, específicamente relacionados con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), mismos que ahora podrían estar reclutando profesionistas.

La organización concluyó diciendo que, a lo largo del tiempo, el rancho ha sido escenario de investigaciones exhaustivas tras el hallazgo de restos humanos y crematorios, lo que ha desatado un debate sobre la violencia y las desapariciones forzadas en la región./Agencias-PUNTOporPUNTO

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