La que fuera una promesa estrella de campaña ha terminado siendo el asunto central de la agenda del presidente Donald Trump. La construcción de un muro en la Frontera con México para impedir la inmigración ilegal y el tráfico de drogas, un símbolo electoral que encandiló a sus votantes, se ha vuelto contra él.
- Casi un año después de llegar a la Casa Blanca, la valla es una pesadilla para el mandatario, que ordenó un cierre parcial de la Administración si los demócratas, que ahora controlan la Cámara de Representantes, no aprobaban una financiación de 5 mil millones de dólares para el proyecto, lo que aquellos rechazan.
En este pulso, Trump podría verse obligado a hacer concesiones mayores como la regularización de los llamados dreamers, advierten los especialistas./EL PAÍS