En México se realizaron estudios de este impacto en cinco ciudades que muestran cómo la pandemia se tradujo en expresiones de xenofobia, en obstáculos en el acceso a servicios de salud, y en una destrucción de empleo que llegó a abocar a algunas personas a vivir en situación de calle, entre otros efectos.
“Destacaría también la dificultad de las madres migrantes para hacer frente al cuidado de sus hijas e hijos en medio de la pandemia, y cómo la circunstancia de que las mujeres migrantes estén padeciendo un alto grado de incertidumbre y hayan perdido sus ingresos
les genere mayor temor y estrés psicológico”, explicó Dana Graber Ladek, jefa de Misión
de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en México.
- La funcionaria internacional compartió las conclusiones de los cinco estudios realizados entre julio y diciembre de 2020 en Tijuana y Mexicali (Baja California), Ciudad Juárez
(Chihuahua), Puebla (Puebla) y Tapachula (Chiapas) que permiten generar información sobre la movilidad, las vulnerabilidades y las necesidades de las poblaciones desplazadas
y móviles.
Detalló que el análisis de las cinco ciudades no era extrapolable a México en su conjunto,
pero presentó algunos resultados:
Personas migrantes (más de 800 encuestadas)
- Aumentan las dificultades de subsistencia debido a la pérdida de empleo por la pandemia.
- Varían las modalidades de alojamiento al aumentar las modalidades de alojamiento compartido por una mayor cantidad de personas migrantes para hacer frente a sus dificultades económicas.
- Se pierden o debilitan las redes de apoyo a las personas migrantes y los vínculos
comunitarios debido a la adopción de medidas de distancia física. - Crece la atención remota a la población migrante, y un descenso de la presencia. Surge una “barrera digital” en el acceso a servicios.
- La población migrante abandona algunos de sus trámites migratorios y optó por movilizarse desde el sur y centro del país, hacia el norte.
- En Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez y Tapachula un 20% de las personas migrantes cambia su proyecto migratorio debido a la pandemia por COVID-19. En Puebla no hubo cambios tan acusados.
- Decae el interés de las personas migrantes por participar en el Programa de
Protocolos de Protección a Migrantes (MPP), cuyos ingresos han sido suspendidos
en enero de 2021.
Organizaciones e instituciones (70 consultadas)
- Un 71% de las organizaciones e instituciones encuestadas percibe una disminución en el acceso a servicios presenciales por parte de las personas migrantes debido a la pandemia.
- Aumento de solicitud de servicios especializados (legales y psicosociales) y de apoyo humanitario (alimentación, apoyos a vivienda).
- El 75% de las organizaciones (albergues, casas de migrantes…) e instituciones públicas consultadas crea protocolos COVID-19 para responder a la contingencia.
- Cae y se restringe disponibilidad de plazas en albergues por la necesidad de cerrar sus puertas a nuevos ingresos para prevenir contagios por la COVID-19.
- En Tijuana y Ciudad Juárez dos alojamientos temporales habilitados en hoteles permitieron mitigar el impacto de los cierres de albergues.
- Se incrementó la ansiedad e incertidumbre entre población migrante por suspensión de plazos administrativos y otros motivos
- Aumentan los niveles de xenofobia, tanto en el ámbito de las comunidades como desde las instituciones.
La OIM sostiene que, en un mundo interconectado y globalizado, donde millones de personas se movilizan a diario, las enfermedades infecciosas como la COVID-19 entrañan riesgos evidentes para la economía y la salud pública, pero también otros menos visibles como el de la discriminación, que pueden acrecentar las vulnerabilidades de la población migrante.
Considera que la pandemia causada por la COVID-19 afecta a todas las personas, con independencia de su raza o procedencia. Por ello no debe haber estigmatización o discriminación contra determinado grupo de población por el hecho de ser migrante, ni asociarse esa condición de extranjería con la de ser portador del virus: cualquier ser humano puede portar el virus COVID.
La metodología con que la OIM realizó los cinco estudios, conocida como Matriz de Seguimiento de los Desplazamientos (DTM), permite generar datos y conocimiento sobre la población migrante que, en manos de los tomadores de decisiones y a encargados de impulsar políticas públicas, puede impulsar una mejor asistencia específica a la población migrante en cada contexto./Agencias-PUNTOporPUNTO