El Cártel de Sinaloa (CDS), bajo el mando en este negocio de Ovidio Guzmán, El Ratón, y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que encabeza Nemesio Oseguera, El Mencho, cuentan con laboratorios de fentanilo en Sinaloa y Sonora, así como Jalisco, en los límites de Nayarit, y la Ciudad de México, respectivamente
En estas cuatro entidades del país las organizaciones delictivas han instalado sus centros de fabricación distribución que son disfrazados en casas de interés social o en inmuebles de zonas residenciales, donde producen grandes cantidades de esta droga.
El Dato:
Según datos de la DEA, cada píldora puede comercializarse hasta en 20 dólares en EU, y con un kilo del producto en polvo se pueden producir un millón de pastillas.
Los mismos reportes indican que la fabricación del fentanilo en México le ha permitido a los cárteles, a través de sus células delictivas regionales, el trasiego de este narcótico hacía 13 entidades: Ciudad de México, Estado de México, Puebla, Michoacán, Jalisco, Querétaro, Morelos, Nayarit, Sinaloa, Durango, Baja California, Baja California Sur y Sonora.
- De acuerdo con un reporte reciente de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), en nuestro país se han asegurado 142 kilogramos, 313 mil pastillas y 714 ampolletas.
- Especialistas en temas de seguridad señalan que el opioide, que en Estados Unidos causó más de 33 mil muertes por sobredosis en 2015, se ha vuelto popular entre los cárteles por tres factores que poco a poco van desplazando a la mariguana: genera más ganancias, su elaboración se puede hacer en lugares cerrados y que es fácil de transportar.
- El fentanilo es un opioide sintético, que se utiliza en medicina por los efectos analgésicos y anestésicos que produce, y que debe ser recetado por un médico únicamente en casos específicos, como dolores muy intensos o tras una cirugía, debido a que es una sustancia entre 50 y 100 veces más potente que la morfina, explicó el doctor Ricardo Sánchez Huesca, director general adjunto normativo de Centros de Integración Juvenil.
Sin embargo, cuando el fentanilo se trabaja en laboratorios clandestinos o se mezcla con otras drogas, como la cocaína, las metanfetaminas, la heroína o el éxtasis, los riesgos que produce en el consumidor son altos, debido a que quien lo consume de esta manera puede sufrir una sobredosis.
Entre los síntimas que puede padecer, se encuentran náuseas, confusión en tiempo y espacio (el consumidor puede sentirse sedado, lo cual puede ser una sensación agradable o desagradable), problemas para respirar, pérdida del conocimiento e incluso puede ocasionar un estado de coma o la muerte.
“Lo que sucede es que ahora también se está produciendo en laboratorios clandestinos, ahí es cuando está el problema. Cuando venden (otra droga) mezclada con fentanilo, porque resulta muy barato, produce efectos que al consumidor probablemente le puedan agradar más. El gran problema es que quien lo consume no sabe qué está tomando: un potentísimo anestésico o analgésico”, explicó el especialista en entrevista con La Razón.
Con respecto a las acusaciones de la DEA sobre medicamentos alterados con esta sustancia provenientes de territorio mexicano, el especialista acotó que existen más riesgos de que la sustancia provenga del país del norte que del nuestro.
- “Afortunadamente en México, porque todavía no hay registros sistemáticos de la Secretaría de Salud, es una cantidad mínima la que se está usando, creo que podríamos estar más preocupados que pudiera venir de Estados Unidos hacia México de la parte de la frontera norte. Porque en San Diego ya ha habido casos de muerte por sobredosis de fentanilo, y San Diego está pegado a Tijuana”, aseguró./LA RAZON-PUNTOporPUNTO