En mayo pasado varios representantes del transporte colectivo en Nepopualco, del municipio de Totolapan, recibieron llamadas telefónicas de La Maña, en las que les exigían 200 mil pesos por cada una de las dos bases de mototaxis del lugar.
- El mismo grupo delictivo tenía control en comunidades de Tlalnepantla, Atlatlahucan y Tlayacapan, estos tres municipios, con Totolapan, forman el cinturón de la frontera norte de Morelos con el Estado de México y la Ciudad de México.
El avance de la delincuencia en los cuatro municipios provocó el surgimiento de autodefensas con el argumento de que la Policía de Mando Único había sido rebasada.
- “En la cabecera municipal de Totolapan cobraban 150 mil pesos por cada base de taxis y nosotros pensamos que La Maña después iría contra los negocios y las casas a pedir ‘cobro por derecho de piso’, y por eso decidimos en asamblea general formar grupos de autodefensa y dijimos que nos vamos a defender para que no entren esas personas”, dice Mateo, un guardia comunitario.
- Es la primera vez en Morelos que se levantan guardias comunitarios. Hace dos años, pobladores del municipio de Ayala intentaron crear una policía civil, pero el gobierno del estado se lo impidió.
- Con asesoría de Mireles. Nepopualco fue la primera comunidad en responder con organización a la delincuencia. El 6 de junio los principales accesos al municipio amanecieron con retenes civiles bajo el mando de guardias esbozados. Su resistencia, dice Mateo, tuvo repercusiones porque los principales promotores de las autodefensas recibieron amenazas de muerte y amagos de “levantones”, pero no se intimidaron y reforzaron la vigilancia.
La última semana de junio, la mayoría de los representantes se reunió con el ex líder de las autodefensas en Michoacán, José Manuel Mireles, para recibir asesorías sobre la custodia de sus territorios.
- “La Policía no hizo nada por nosotros; en Totolapan, donde está la base de policía no pudieron hacer nada y hay una patrulla para cuidar seis pueblos. Eso no es suficiente, por eso nos vimos en la necesidad de formar guardias con acuerdo del ayudante municipal. Todos los ciudadanos que tienen 18 años deben cubrir 24 horas una guardia de vigilancia”, explica el guardia comunitario.
Mateo y la mayoría defienden la portación de armas de fuego con el argumento de que la delincuencia puede atacarlos. “Nos vimos en la necesidad de defendernos de estas personas, porque ya venían cobrando mototaxis, combis, taxis y puestos que están a bordo de carretera”.
Refiere que al local más chiquito le pedían 2 mil pesos, por eso todo el norte de Morelos tomó este modelo de seguridad que inició Nepopualco.
- “Después —de Nepopualco— se levantaron Tlalnepantla, El Vigía, Felipe Neri, La Zapata, Ahuatlán, San Andrés, San José de los Laureles y San Agustín Amatlipac. Ahorita trabajamos en coordinación y nos apoyamos cuando alguien lo pide”.
- El desarme. El guardia comunitario cuenta que se reunieron con un general de la 24 Zona Militar, quien les advirtió que no quería ver a ninguna persona armada y en caso de resistencia se llevarían detenidos a los guardias que porten armas de fuego.
- “Si ya no quiere que cuidemos que nos mande soldados, pero eso no quieren. Dicen que estamos fuera de la ley, les decimos que no tenemos permiso, pero entonces cómo nos defendemos de estas personas.
- “Queremos que ahora que venga nuevamente esta persona, junto con personal de la fiscalía, nos den garantías y seguridad, porque sólo estamos haciendo parte de su trabajo que les corresponde”, añade.
De acuerdo con los guardias comunitarios, “los resultados de su modelo policial rindió frutos a los 15 días porque los de La Maña ya no llamaron y tampoco se aparecieron y dejaron de circular las filas de autos con hombres a bordo”.
- El modelo policial fue copiado en Tlayacapan, también situado en el norte del estado, donde los habitantes dicen que la delincuencia rebasó a la Policía del Mando Único.
En los accesos principales a Tlayacapan como San José de los Laureles, San Agustín y Tres de Mayo colocaron costales llenos de arena y desde ahí revisan a todo aquel que entra al pueblo; todos deben llevar identificación. Algunos autodefensas se cubren el rostro y otros tienen como defensa una escopeta.
- “Nos decían que si no pagamos nos iban a matar”, comenta Jesús, quien hace más de un mes tomó una escopeta y se unió con un grupo de la comunidad San José de los Laureles, en Tlayacapan, para cuidar la seguridad de sus familias.
Los habitantes de este municipio situado en los Altos de Morelos colocaron lonas con la leyenda “Te agarramos, te linchamos” en las tres entradas principales a Tlayacapan y desde ahí un grupo de 12 hombres vigila las 24 horas y los siete días de la semana.
Jesús relata que desde hace tres meses detectaron a una banda de delincuentes, presuntamente de origen colombiano que empezaron a pedir “derecho de piso” a los productores de aguacate y nopal, una cuota superior a los 30 mil pesos; “decidimos echarnos la mano y por eso nos armamos y cuidamos”./ CON INFORMACIÓN DE EL UNIVERSAL