El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto admite que la estrategia de seguridad tuvo un retroceso en el rubro de homicidios dolosos, los cuales aumentaron y se ubicaron en niveles del sexenio pasado. De acuerdo con el sexto Informe de gobierno de Enrique Peña Nieto, la tasa de asesinatos intencionales por cada 100 mil habitantes fue de 18.3 en 2012, y de 20.5 en 2017. La actual administración se propuso bajar estos homicidios y, lejos de ello, está cerca de duplicarlos. La tasa hasta junio pasado asciende a 11 por cada 100 mil habitantes y se acerca a la meta sexenal de 12.8. Sin embargo, aún falta contabilizar la mitad del año. Al precisar que la mitad de los asesinatos están vinculados con delitos del fuero común, Presidencia negó que exista “una crisis generalizada”, pues los hechos de violencia están focalizados, particularmente en los cruces fronterizos con Estados Unidos. Explicó que son varios factores los que incidieron en esta situación, como que México está haciendo frente al crimen organizado con un diseño legal e institucional que data del siglo XX y, en consecuencia, no responde a las realidades del siglo XXI./MILENIO