Para evitar discriminación y despidos en las empresas, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) realizó un ajuste al estudio de vulnerabilidad de contagio para detectar con mayor exactitud quienes son los “trabajadores de alto riesgo” al Covid-19; de tal manera que 80% de los empleados pueden ejercer nuevamente sus actividades laborales, bajo condiciones seguras.
- Mauricio Hernández Ávila, director de prestaciones Económicas y Sociales del IMSS; detalló que en el mes de marzo, cuando se tomaron las medidas de Sana Distancia, se identificó a un universo de 10 millones de trabajadores con algún padecimiento -diabetes, sobrepeso, mujeres embarazadas- a quienes se les quiso dar protección.
- No obstante, “esto fue muy dramático porque cuando se emitieron los primeros lineamientos de protección para la población trabajadora no se definieron bien, sino que se hizo una protección amplia y básicamente mandamos cerca de 10 millones de trabajadores a su casa a resguardo que representan prácticamente la mitad de la población de trabajadores”.
Detalló que “en términos de números, pasamos de una recomendación de casi 10 millones de personas para quedarse en resguardo, a una población que protege a más o menos 2 millones de trabajadores, esto para los empleadores, para las empresas es más factible evitar discriminación y evita también despidos”.
- Desde el punto de vista económico, expuso el director de Prestaciones Económicas y Sociales del IMSS ante sindicalistas; que esperaban 213,000 casos de trabajadores que solicitaran una incapacidad por enfermedad respiratoria, “registramos en lo que va de la pandemia hasta la semana pasada -última de octubre- 1 millón 168 incapacidades, esto quiere decir que tuvimos un exceso de 956,000 incapacidades, traducido a personas son casi un millón de trabajadores más que solicitaron una incapacidad temporal para el trabajo”.
Así, el Instituto planteó que los trabajadores puedan acudir para una evaluación de su vulnerabilidad, ya sea a las unidades de medicina familiar, al personal de médico de la empresa o inclusive a un médico privado. Hernández Ávila presentó las nuevas especificaciones en el estudio de vulnerabilidad, por ejemplo, al principio de la pandemia las mujeres embarazadas deberían estar resguardadas en casa y no acudir a los centros de trabajo, “ahora sabemos que las mujeres no tienen un mayor riesgo”; en el caso de sobrepeso u obesidad, solo es en caso de que ésta sea extrema, y en el caso de la diabetes, a menos que sea Mellitus descontrolada.
En tanto, la hipertensión arterial, “aquí no hay un criterio tan claro, pero se sabe que tener presión arterial tampoco es un criterio certero de tener una forma grave, lo hemos dejado como presión arterial sistólica grado dos”./EL ECONOMISTA-PUNTOporPUNTO