El ex secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa reveló las discrepancias que tuvo con Alfonso Romo, jefe de la Oficina de la Presidencia, a quien identifica como “el principal conflicto de interés” en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
- En una entrevista otorgada a la revista Proceso, también comentó las diferencias económicas que tuvo con la nueva administración como la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) y la construcción de la refinería Dos Bocas, en Tabasco.
- «Me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública. Esto fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés», relató Carlos Urzúa en su carta.
- Urzúa, quien el pasado martes 9 de julio presentó su carta de renuncia al presidente, comentó que no entiende la relación de Romo con el mandatario.
- “Romo es un hombre de extrema derecha y en términos sociales oscila entre el Opus Dei y los Legionarios de Cristo. ¿Cómo un hombre así, que llegó a admirar a Augusto Pinochet y a Marcial Maciel, acabó no sólo siendo amigo de López Obrador, sino incluso siendo el jefe de la Oficina de Presidencia?”, cuestionó el exsecretario.
- Abundó que si bien el presidente no dejó que Romo usara su influencia para apoderarse de las secretarías de Hacienda y de Economía, sí logró imponer a Margarita Rios-Farjat en el SAT y a Eugenio Nájera en Bancomext.
- Se le pregunta a Urzúa si Alfonso Romo tiene algún conflicto de interés, respondió:
- “No me consta, pero dado que en la jefatura de la Oficina de la Presidencia se maneja a diario información económica confidencial, uno quisiera que Alfonso Romo y sus familiares hasta de primer grado no tuvieran actualmente participación accionaria alguna en la Casa de Bolsa Vector”.
Decisiones económicas
Urzúa indicó que parte de las decisiones de políticas públicas que se estaban llevando a cabo sin sustento y que manifestó en su carta de renuncia, se encuentra la cancelación del NAIM.
- “Yo estuve a favor de que continuara la construcción del aeropuerto en Texcoco. Creo que la obra estaba muy avanzada y había demasiado dinero de por medio. Si bien es cierto que muchos de los terrenos aledaños estaban controlados por gente vinculada a la administración anterior, un gobierno fuerte como el de López Obrador podría haberlos expropiado por razón de Estado”, dijo.
- Criticó la construcción de la refinería Dos Bocas, pues no es óptimo bajo las condiciones actuales. Concuerda con que la construcción costará más de 8,000 millones dude dólares y que no se logrará de terminar en tres años.
- “Por eso la licitación estuvo desierta. Tú no puedes persistir en una idea cuando hay empresas que saben más que tú y dicen lo contrario. El problema de este gobierno es su voluntarismo”, comentó.
- A su parecer la situación de Petróleos Mexicanos (Pemex) se puede mejorar en tres años, pero sin considerar la construcción de la refinería y si se enfocan más en la exploración y producción se crudo.
- Otra de las diferencias que tuvo con el mandatario es la reforma fiscal que necesita el país. Por un lado, Urzúa ve necesario este cambio para reducir la desigualdad en el país; mientras que López Obrador prometió no incrementar ni crear impuestos, al menos en los primeros tres años de su gobierno.
- “Creo que es la única manera de abatir desigualdades. No sé por qué no quiere hacerlo. Quizá por no querer enfrentarse a algunos empresarios, quizá por el costo electora (…) Siempre le comenté, sin embargo, que a medio camino de gobierno iba a ser necesario una reforma y le expliqué mis razones”.
Mencionó que, si bien está a favor de proyectos como el Corredor Interoceánico o el Tren Maya, no estaba de acuerdo en que se destinaran tantos recursos, siendo que todavía no eran proyectos que podían despegar tan rápido.
- “Para qué poner tanto dinero ahí cuando podría utilizare para carreteras y tras cosas? eso explica en gran medida por qué se cayó la inversión pública”. Se ha puesto dinero en grandes proyectos que apenas están empezando a madurar”.
La gota que derramó el vaso
El ex funcionario comentó que la gota que derramó el vaso para emitir su renuncia fue la intención del director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett, de incumplir el contrato por el cual se construyó el gasoducto submarino Sistema Sur Texas-Tuxpan.
- “Puede ser cierto que el gasoducto haya salido caro -como afirma Bartlett- pero lo cierto es que nosotros firmamos un contrato y debemos cumplirlo (…) es preocupante que alguien que dirige una empresa de electricidad no entienda el concepto de valor presente”, comentó.
- El problema de que no se respete ese contrato, dijo, es que Transcanada demande a CFE y mientras ese pleito dura el gasoducto no se podrá utilizar “lo que nos dejaría imposibilitados de satisfacer un tercio de la demanda de gas (…) eso es jugar con fuego y con el bienestar de millones de mexicanos que viven en la Península de Yucatán”
- Esta situación, planteó también puede afectar el nuevo tratado comercial T-MEC “para mí este es un ejemplo muy claro de que la política pública debe estar basada en evidencias, no en deseos”.
Recortes excesivos
Con respecto a los recortes al gasto, consideró que todo iba bien hasta marzo, cuando se el presidente impuso un memorándum con la Secretaría de la Función Pública, “a mi parecer fue excesiva, ese sobreajuste al gasto pudo haber causado problemas de operación en las secretarías y realmente dio muy poco dinero extra. No valía la pena hacerlo”.
Urzúa consideró que su principal contribución durante la campaña de López Obrador fue precisamente dar el voto de confianza de los inversionistas. Indica que se reunió con más de 100 fondos de inversión.
- Platicó que él mismo propuso a Raquel Buenrostro para representar la Oficialía Mayor de Hacienda y a Arturo Herrera como subsecretario. Ahora Herrera sustituye a Urzúa como secretario de Hacienda.
- “Es falso que haya tenido una confrontación con ella (Buenrostro). Tanto Arturo, como Victoria Rodríguez (subsecretaria de Egresos) y Raquel fueron alumnos míos en El Colegio de México”./EL ECONOMISTA-PUNTOporPUNTO