Señor Presidente, urge regularizar terrenos y Revisión de nuestros créditos hipotecarios, reclamaba en numerosas mantas y pancartas la gente que se congregó para recibir al jefe del Ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador.
- Ante las demandas, el mandatario reconoció que ya eran muchos años de incertidumbre: vamos a resolver el problema, dijo al anunciar el inicio de la regularización de predios en las zonas populares para terminar con el caos urbano de esta zona turística.
- Durante un largo discurso en el que lo mismo proclamó que ahora el que es corrupto se va al carajo, también dio por un hecho la rifa del avión presidencial, aunque acotó: Ya muy pronto, a más tardar la semana próxima, vamos a tomar la decisión. Emblemático ejemplo de los despropósitos gubernamentales del pasado, López Obrador describió el último intento frustrado por vender ese palacio para los cielos que se compró:
- Se le averió la aeronave al primer ministro de Canadá, a (Justin) Trudeau, y le mandamos decir que si quería comprar el avión presidencial. No le entró porque el que se le descompuso es de menor calidad y no tiene tantos lujos como el de México. Por eso como nos ha costado un poco deshacernos de él, se va a rifar a todo el pueblo…
Para finiquitar el tema, disipó hipotéticas dudas entre los interesados en el avión que asistieron al mitin. Y no se preocupen de dónde lo van a estacionar. Para el que lo obtenga mediante la rifa, ahí van a estar los aeropuertos de la Fuerza Aérea Mexicana para guardarlo.
Después de narrar las andanzas de la aeronave, afrontó los reclamos mostrados en las mantas y pancartas que clamaban por la regularización territorial:
- “Estoy viendo las cartulinas que decían ‘Escrituración en Playa del Carmen’. Ya son muchos años de este asunto, lo han manipulado en época de elecciones, pero como ahora como no hay –los grillos– están descansando y podemos atender este asunto. Voy a pedir al consejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer Ibarra, y al procurador agrario, Luis Rafael Hernández Palacios, que vengan aquí, que estén dos días a la semana despachando. Quiero resolver el problema.
- Que se resuelva legalmente, ya sea mediante un decreto presidencial y pidiendo el apoyo al Poder Judicial. Voy a hablar con el presidente de la Suprema Corte de Justicia (Arturo Zaldívar), pues somos respetuosos de la división del equilibrio de poderes, pero le voy a solicitar que nos ayude con jueces, con magistrados, con ministros. Hacerle ver que es importante resolver este asunto que lleva muchos años.
Desde temprano habían acudido decenas de habitantes de las colonias populares irregulares, pobladas caóticamente hace años, para recordar al Presidente la promesa que les hizo él de resolver su asunto. Ya nos están desalojando a algunos, comento Óscar Romero, quien a su manera explicó que padecen la embestida de los desarrolladores inmobiliarios para apoderarse de sus predios –adonde llegaron irregularmente desde finales del siglo pasado–, que son valiosos para la especulación en este polo turístico donde la tierra está a precio de oro.
En su mano traía el libro Hacia una economía moral, escrito por López Obrador, que lo aleccionó contra los excesos del neoliberalismo que padece, en su versión de la disputa urbana entre la vivienda y lo comercial, allá por la colonia Colosio.
Los reclamos contrastaban con la estruendosa música brasileña que pretendía asemejar a una fiesta la concentración.
Contrastaba también con el discurso oficial del secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Román Meyer, quien describió una casi mágica recuperación de las zonas populares que está en marcha para reducir las brechas de desigualdad. Ninguna palabra de la ansiada regularización.
Al tanto del problema, el gobernador, Carlos Joaquín González, iría más allá en su descripción de las presiones que asfixian el crecimiento del municipio de Solidaridad, popularmente conocido como Playa del Carmen. Sin matices, hizo ante el Presidente una descarnada descripción de la problemática que ronda las paradisiacas playas./LA JORNADA-PUNTOporPUNTO