Ricardo Anaya no aguantó: A la mitad de la campaña presidencial decidió suspender las conferencias de prensa diarias, a las 7 de la mañana, una de las acciones que copió a su rival Andrés Manuel López Obrador.
- No eran conferencias de prensa baratas: Las 24 que impartió en el hotel Fiesta Americana Chapultepec, desde el 2 de abril y hasta el 15 de mayo, costaron cada una 54 mil 302 pesos, equivalentes a lo que gana un trabajador con salario mínimo de 88 pesos durante un año y ocho meses.
- La renta del salón de ese hotel de Polanco, que incluía servicio de café y galletas para los representantes de los medios de comunicación, costó 1.3 millones, un gasto marginal ante los 141 millones de pesos que consumió durante su primer mes de campaña.
- Anaya inició sus “mañaneras” tres días después del inicio formal de la campaña –justo cuando presentó los cinco ejes de su propuesta de gobierno, que se compilarían en un libro que no existe–, y prometió que serían hasta el final de la campaña, a la que le queda un mes.
“Les informo que estaremos convocando a conferencia de prensa, todos los días, a las 7 de la mañana. Si en alguna ocasión la agenda hace imposible mi presencia, acudirá algún vocero de la propia campaña presidencial”, aclaró el candidato presidencial.
- Muy pronto se vería que era una promesa que no cumpliría, porque las conferencias de prensa ni siquiera fueron diarias, sólo de lunes a viernes.
Aunque el vocero Fernando Rodríguez Doval aseguró este lunes al columnista que las “mañaneras” no han sido canceladas definitivamente –“las vamos a seguir convocando cuando haya temas relevantes y no se crucen con una gira”–, desde hace al menos dos semanas quedaron olvidadas en los hechos.
El 15 de mayo, Día del Maestro, fue la última vez que Anaya se presentó temprano en el salón del hotel capitalino, donde presentó seis propuestas para el sector educativo. Todavía agendó la del 16 y hasta la pagó, según el reporte ante el Instituto Nacional Electoral, pero su equipo de prensa ya no convocó a los medios.
La virtual cancelación de las conferencias de prensa mañaneras de Anaya no son una puntada ni un decisión aislada, sino parte de recomposición de su estrategia de campaña, porque no se ha logrado aproximar a López Obrador tras dos debates y dos meses de proselitismo. Ante el estancamiento, hay un “relanzamiento” de su proyecto presidencial.
Este relanzamiento, que han cuidado que pase desapercibido, se da en un contexto de desorden, pleitos, derrotismo y desánimo en la coalición PAN, PRD y MC, cuyos gobernadores no han enviado una sola señal de respaldo para Anaya.
Este domingo acudieron a Puebla sólo seis de los 16 gobernadores de los partidos de la coalición, incluyendo el anfitrión, Antonio Gali. Los ausentes fueron Javier Corral, Francisco García Cabeza de Vaca, Miguel Angel Yunes, Carlos Joaquín, Graco Ramírez, Arturo Núñez, José Ramón Amieva y Silvano Aureoles.
Aunque Amieva no tiene militancia y Aureoles está con José Antonio Meade, la ausencia sólo refleja el abandono a Anaya, quien amplificó el desdén: “No faltó nadie que hubiera confirmado”./ CON INFORMACIÓN DE EL HERALDO DE MEXICO