La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha sido objeto de la avidez presidencial. Durante el último cuarto de siglo, cuando se inició la actual etapa del máximo tribunal, ningún gobierno ha sido ajeno a su pretensión de influir en las decisiones de los jueces constitucionales, en especial cuando se ha tratado de asuntos del interés de la Presidencia de la República.
- Sugerencias, presiones, chantajes, peticiones o propuestas de intercambio han marcado las relaciones entre el Ejecutivo y el Poder Judicial de la Federación (PJF).El ministro en retiro de la Suprema Corte, Genaro Góngora Pimentel, máximo representante de ese poder en el gobierno de Ernesto Zedillo, no fue ajeno a las pretensiones del presidente de la República.Las conoció directamente, pero también a través de otros presidentes de la Corte, quienes al tiempo de estar al frente del tribunal constitucional presiden el Consejo de la Judicatura Federal (CJF).
- Ese órgano de control y vigilancia de los jueces federales y magistrados se ha convertido en un ente que ha despertado el interés de la Presidencia y su consejería jurídica desde la actual conformación del PJF, definida durante el gobierno de Zedillo.
- Así ocurrió con el propio Zedillo, y con Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto cuando estuvieron en Los Pinos. Según el actual presidente de la SCJN, Arturo Zaldívar, esto no ha ocurrido durante la gestión de Andrés Manuel López Obrador.
Zaldívar abrió el tema de las presiones del Ejecutivo a la SCJN la semana pasada, cuando confirmó públicamente las que sufrió, directamente, por parte del gobierno de Calderón por dos proyectos: uno relacionado con las responsabilidades de altos funcionarios federales por el incendio en la guardería ABC; el otro, cuando Zaldívar se posicionó a favor de otorgar un amparo “liso y llano” a la ciudadana francesa Florence Cassez. /PROCESO-PUNTOporPUNTO