Ricardo Anaya quiere una foto con el presidente electo Andrés Manuel López Obrador tal como ocurrió con José Antonio Meade. El queretano ha incrementado sus gestiones en las últimas horas desde que se concretó la liberación de Elba Esther Gordillo, aliada electoral de Morena.
Ha llamado, entre otros, a Alejandro Ramírez, titular del Consejo Mexicano de Negocios, con el objetivo de que este hable con Alfonso Romo y así avanzar en el encuentro.
- Anaya cree que AMLO es un hombre de símbolos y que se saca una foto con él en la colonia Roma será suficiente para alejar a los sabuesos de la PGR que lo siguen por causas de supuesto lavado de activos.
- El ex candidato panista está convencido de que hay una gran negociación entre el gobierno que llega y el que se va y él quiere formar parte para evitar cualquier problema judicial.
- Tras un mes de silencio y reflexión, Anaya volvió a mostrarse en los últimos días y tuvo algunas reuniones en las cuáles confirmó lo revelado por LPO: que su futuro está en EU como profesor universitario.
- Pero ahora vuelve a mostrar alguna inquietud porque en el círculo rojo flota la idea de que la salida de Elba es el primer paso de una cadena de tres acciones acordadas entre AMLO y Enrique Peña Nieto: la próxima sería la detención de Emilio Lozoya por el caso Odebrecht y la última la detención del propio Anaya.
- De ese modo Peña se retiraría con un claro mensaje contra la corrupción propia y la ajena. Esta lectura es un problema para Anaya, especialmente tras entender que en el Gobierno lo culpan por el triunfo de AMLO, en parte del PAN por la derrota del Frente y en Morena lo observan con indiferencia y recelo, como un integrante junior de la llamada «mafia del poder».
Hay otro problema además. El principal apoyo de la campaña de Anaya en el mundo del dinero fue José Antonio Fernández, titular de Femsa que tiene una historia de turbulencias con AMLO y que todavía no ha podido gestarse la reconciliación.
En paralelo, los calderonistas que quieren recuperar el panismo con Roberto Gil Zuarth también suelen fantasear en privado con la idea de ver a Anaya preso porque creen que sería un mensaje de ruptura y de un nuevo comienzo. Anaya juega en un tablero complejo y con múltiples frentes/CON INFORMACIÓN DE LA POLITICA ONLINE