La DERECHA MEXICANA ha adoptado parte de la IDEOLOGÍA TRUMPISTA para confrontar al Gobierno federal

Entre las diversas repercusiones del regreso de Donald Trump a la Presidencia estadounidense se encuentra la reorganización de la derecha mexicana. Lo mismo en el plano político, donde distintas figuras compiten por asumir el papel de oposición, que en lo sociocultural, desde donde se difunde y nutre el discurso de una batalla cultural.

El primero en tratar de subirse a la ola trumpista fue el Partido Acción Nacional (PAN), principal fuerza de oposición que, tras vacilar durante el sexenio pasado sobre si adoptar las posturas de partidos como el español VOX, ahora busca reivindicar su doctrina apegada al conservadurismo social y al liberalismo económico.

  • Desde que tomó las riendas del partido, el dirigente nacional Jorge Romero enarbola un discurso basado en “libertad, vida y familia” para atraer a los simpatizantes de esta tendencia. Al tiempo que legisladores como Marko Cortés convierten cada postura de Trump en una crítica al Gobierno federal y la llamada Cuarta Transformación.

En simultáneo, el Movimiento Viva México de Eduardo Verástegui o México Republicano de Juan Peña Neder iniciaron el proceso para obtener el registro de partido político nacional con plataformas que presumen como de derecha dura y alineadas a la agenda que promueve la administración de Trump.

Ambas figuras inician este proceso de registro teniendo a cuestas sus primeros fracasos en 2018. México Republicano perdió el registro que tenía como partido estatal en Chihuahua tras no lograr la votación mínima en su primera elección y Verástegui obtuvo poco más del 14 por ciento de las firmas que necesitaba para ser candidato presidencial independiente.

  • La esperanza de que Trump servirá a los esfuerzos opositores al Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum se manifestó durante los días previos a su inauguración. Un ejemplo de esto fueron las cuentas anónimas de X, antes Twitter, que promovieron tendencias como #MéxicoEstáConTrump o #TrumpJódeteAlCacas.
  • Aunque entendibles, la jugada de abrazar el trumpismo pudiera no ser la mejor estrategia, pues, de acuerdo al informe 2024 de la corporación Latinobarómetro sobre la democracia en 17 países de América Latina y el Caribe, México no sólo es el que tiene peor opinión de Trump, con 2.4 puntos sobre 10, sino que es el más alineado a la izquierda.

Si bien la arena política sigue pareciendo una batalla cuesta arriba ante la abrumadora preferencia por Morena, otra perspectiva se desarrolla en el ámbito cultural con debate más activo sobre cuestiones como la igualdad de género, la diversidad sexual o la inclusión a grupos étnicos, además de cuestiones económicas como las criptodivisas o las privatizaciones.

Esta dinámica es en buena parte exacerbada por las redes sociales donde son activos personajes y grupos como Sublevados o el Frente Nacionalista, que promueven una visión tradicionalista, así como México Libertario, más enfocado a las doctrinas de libre mercado, que convergen en su apoyo a Trump y rechazo a la administración actual.

Las actividades de estas organizaciones resultaron directamente beneficiadas por los cambios de políticas internas de las plataformas controladas por los multimillonarios Elon Musk y Mark Zuckerberg, ambos aliados de Trump. Con lo que se levantaron las sanciones por publicaciones que ahora incluso son promovidas por los algoritmos.

Hay tiro: el ‘Make America Great Again’ Vs. la 4T

Sobre esta reestructuración de la derecha mexicana con corte “Make America Great Again”, Reporte Índigo entrevistó al doctor Mario Virgilio Santiago, profesor-investigador del Instituto José María Luis Mora, quien contrasta este ímpetu con la realidad política del país desde la elección de 2018 y continúa con los altos niveles de aprobación de Sheinbaum.

“Es probable que no veamos un crecimiento de ese conservadurismo social, que está presente, no es que haya desaparecido. En un escenario de crisis económica, entonces ahí sí los vamos a ver crecer porque hay una base conservadora en México”, dice al indicar como factor clave que Sheinbaum pueda mantener el apoyo popular mediante resultados económicos concretos.

  • Respecto a los conservadores más radicales, menciona que no sólo forman un sector de la oposición, “sino que están ahí, alrededor o adentro de Morena”. Poniendo como ejemplo los grupos evangélicos que a finales de 2024 auspiciaron la gira por México del ideólogo argentino Agustín Laje y que también buscan formar otro partido tras las dos desapariciones del PES.
  • El miembro del grupo de trabajo de Derechas Contemporáneas del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales menciona de las alternativas a Morena que “ahí está el PAN, pero no me parece que vaya a ser una fuerza política que logre aglutinar a las oposiciones, en particular a las derechas”. Principalmente por las fracturas internas que el partido arrastra.

Respecto a los nuevos proyectos de derecha, refiere que “en el fondo, lo que tiene son estructuras de la Iglesia católica que está intentando movilizarse políticamente, ya no a través del PAN, que era su salida tradicional”. Señalando que estos sectores se movilizaron -sin resultado- en las elecciones de 2024 y están vinculados a la jerarquía católica de EU.

Dadas estas condiciones entre la solidez que aún muestra la 4T y el regreso del movimiento MAG en EU, el académico hace hincapié en que la victoria de Trump “da ánimos a sectores que creen que se puede lograr y el problema también de eso es que, si no lo logran, lo probable es que la frustración se canalice a través de violencia”.

De igual manera, comenta la relevancia de las redes sociales en estos movimientos pues ya no son meras vías de información o desinformación, sino que “se vuelven un campo de batalla en el que no estamos viendo una disputa clara de otras posiciones ideológicas y, por otro lado, no hay filtros, no hay frenos. Es echarle gasolina al fuego”.

Por tal, no es casual el interés de la derecha en estas plataformas dado lo rápido que resulta crear un influencer que difunda posturas muy sencillas de asimilar, sobre todo para los usuarios más jóvenes. Poniendo como ejemplo a Luis Castillejo, “El Temach”, quien genera contenidos sobre masculinidad que se acoplan al mensaje conservador.

La derecha que se disfraza y busca ser ‘cool’

En cuanto a los esfuerzos para relanzar, más allá de la política, al movimiento conservador en México como ya ocurre en varios países, José Manuel Urquijo, fundador de la agencia de estrategia Sentido Común Latinoamérica, comenta a Reporte Índigo cómo los miembros de la derecha han adoptado una identidad de rebeldes en los últimos años.

“Se quieren asociar a una derecha tecnológica, una derecha más cool, no la derecha como la conocíamos. El gran reto también de la derecha tiene que ser, justo, quitarse esas etiquetas de que son una ideología tipo la inquisición, porque así es como los retrataron, los ridiculizaron, al menos aquí en México”, dice.

  • Por tal, hace mención específica de la labor que hizo durante seis años el expresidente Andrés Manuel López Obrador al caricaturizar a la derecha por posturas clasistas, racistas, misóginas y discriminatorias en general. Lo que, considera, contribuyó a que este tipo de conductas recibieran un mayor rechazo de la población.

A la par de buscar el desgaste del discurso oficial morenista, opina, “la derecha mexicana tiene la obligación y responsabilidad de quitarse todas etiquetas que les puso López Obrador o bien, si no se las van a quitar, de resignificarlas y decirle a la gente que está bien ser racista, clasista, homofóbico”.

  • La derecha ha catalogado esta estrategia de reivindicación como una “batalla cultural” que, a decir del maestro en comunicación política y gobernanza por la Universidad George Washington, “hoy la tienen perdida, hoy por hoy la gente está más alineada hacia los valores que representa la izquierda”, cuando menos la propuesta por Morena.
  • Aunque reconoce que votantes conservadores buscan representatividad, cuestiona si hay suficientes como para hacer competitivos a más de un partido político de derecha, sea este el PAN o las alternativas que buscan el registro. Partiendo del entendido de que no todos quienes están en desacuerdo con Morena comulgan con estas ideas.

“Hay voces que están buscando ya otra alternativa, pero son minoría todavía. Estamos hablando que apenas hay un 30 por ciento, más menos, que no están de acuerdo con la Presidenta, pero que tampoco eso quiere decir que son estrictamente de derecha o ultras”, dice al retomar las mediciones en las que Sheinbaum sigue rondando el 70 por ciento de aprobación.

En contraste con esto, argumenta que el contexto internacional le es favorable a la derecha mexicana. Recapitulando cómo Trump ganó a partir de “ese discurso, que no era el hegemónico. Se convierte en un discurso ganador que la gente aprueba, vota y apoya y te das cuenta que sí hay una gran número de personas que sí tienen esta forma de pensar”./Agencias-PUNTOporPUNTO

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