El sistema de justicia mexicano que emanó de la reforma de 2008 es un “fiasco”, porque en los ocho años de su implementación se desviaron fondos y quedaron sin capacitar policías, agentes del Ministerio Público, así como jueces, pero para corregir este mal es inadmisible una contrarreforma, señala el vicepresidente de la Academia Mexicana de Derecho Internacional, Federico Ponce Rojas.
- El abogado llama “terrorismo jurídico” a la filtración de supuestas iniciativas de una reforma en materia de justicia penal, justo cuando el fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, acudió al Senado a presentar un informe de su gestión y dirigió un mensaje ajeno muy distinto a algún intento de contrarreforma, refiere Ponce Rojas.
Precisa en entrevista que las “leyes draconianas” no sirven para atacar el problema de delito e impunidad que arrastra México, sino un sistema garantista, como el actual, con mecanismos para hacer eficaces los derechos fundamentales./EL UNIVERSAL-PUNTOporPUNTO