La Cruzada Nacional contra el Hambre se quedó lejos de cumplir con la promesa de acabar con la pobreza alimentaria en el País. A seis años de que fue presentada por el Presidente Enrique Peña como la principal estrategia antipobreza de su administración, más de 20 millones de mexicanos siguen sin poder acceder a los alimentos necesarios.
- Además, el número de trabajadores que no puede adquirir la canasta básica con sus ingresos va en aumento.
- Diversas auditorías y evaluaciones realizadas a lo largo del sexenio indican que la Cruzada enfrentó problemas de diseño, de implementación y de opacidad que, aunque se señalaron a tiempo, no fueron corregidas, lo que impidió alcanzar los objetivos para los que fue creada.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), por ejemplo, advirtió dos años después de que fue implementada, que la Cruzada había tenido incidencia, pero en aspectos ajenos a los objetivos que justificaron su puesta en marcha.
El organismo detectó que la estrategia había logrado avances ante carencias como el acceso a los servicios básicos en la vivienda y en la calidad de ésta, pero no así en el acceso a la alimentación.
- «En cuanto al estudio exploratorio de impacto de la Cruzada, se observa un efecto significativo de dos puntos porcentuales en la reducción de la pobreza extrema, sin embargo, no se observa efecto en el indicador de carencia por acceso a la alimentación», señala el informe Resultados Intermedios de la Cruzada Nacional contra el Hambre del Coneval.
- En 2015, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) señaló que ésta tenía problemas de diseño y que no contaba con información clara respecto a su presupuesto.
- Además, advirtió que su cobertura era menor al 60 por ciento de su población objetivo y que los cerca de 50 programas que formaban parte de ella, no generaban información para medir sus impactos en la vida de personas con carencia alimentaria.
Finalmente, el 31 de octubre pasado, la ASF recomendó a la Secretaría de Desarrollo Social modificar o cancelar la Cruzada, ya que en cinco años de operación seguía padeciendo los mismos problemas de diseño y operación, y no había acreditado ser una solución a la pobreza extrema.
Fracaso anunciado
- La población con carencia por acceso a alimentación pasó de 28 a 24.6 millones de personas entre 2014 y 2016, en tanto que las personas con ingresos por debajo de la línea de bienestar, es decir, con pobreza alimentaria, pasaron de 24.6 a 21.4 millones en el mismo periodo.
- Para Alejandro González, experto en política de desarrollo social, se trata de la historia de un fracaso anunciado porque, aunque logró coordinar la política social entre la Federación, estados y municipios, no alcanzó los objetivos para los que fue creada.
«Obligó, por primera vez, a coordinarse entre sectores y con estados y municipios; por eso resultó más obvio que personas que tenían piso de tierra ahora sabían que existía un programa que les permitía poner piso firme, pero el indicador de éxito de la Cruzada, que justamente era la pobreza alimentaria y el acceso a la alimentación no mejoró sustancialmente, porque ese depende en buena medida del ingreso», puntualizó./REFORMA- PUNTOporPUNTO