Para cumplir las obligaciones de proteger al Presidente de la República, controlar y vigilar los espacios donde se presenta y operar el transporte utilizado en sus desplazamientos, al Estado Mayor Presidencial no se le escatima presupuesto, personal, recursos técnicos de alta sofisticación, armamento e incluso drones. Sin faltar, además, cuando así lo solicite, la renovación de aeronaves, helicópteros, automotores, motocicletas y ambulancias. Todo está a su alcance. Siempre en aras de la “seguridad presidencial’, este organismo respalda todas sus decisiones y solicitudes presupuestales. Afianzan su convicción de la necesidad de mantener el EMP en su confirmación actual, a partir de los valores, compromiso y preparación especializada en la protección de personas./LA JORNADA