La promesa fue “Salud para todos”; pero el sexenio de Enrique Peña Nieto concluye con 83 mil 37 camas para 112 millones de habitantes y tres médicos por cada dos mil ciudadanos, cuando la recomendación de la Organización Mundial de la Salud es de entre dos o tres por cada mil.
Es una infraestructura insuficiente para un país en el que la epidemia de la obesidad y sus padecimientos consecuentes como la diabetes e hipertensión tiene atrapada a más de la mitad de la población.
- El desequilibrio es más crítico en cuanto al personal paramédico (enfermeras y auxiliares): hay 302 mil enfermeras para los más de 112 millones de habitantes de la República y una proyección de Axa Seguros indica que México requerirá otras 200 mil para 2020 y aún no existen condiciones para su formación.
- Esa es la realidad y en ella se entiende por qué más de 900 mexicanas dieron a luz en la banqueta de los hospitales públicos en varios momentos durante el sexenio, según el registro de la Secretaría de Salud.
- Pese a estos momentos críticos y de alarma, el sector salud jamás estuvo en el centro de los debates ni fue destino principal de los recursos públicos. El presupuesto para atender el sector fue en declive. Arrancó y finalizó prácticamente igual: con 121 mil millones de pesos, según información del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados.
El país que no logra bajar de peso
- En 2012, cuando recibió la Administración de manos de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012), México había alcanzado el tope epidemiológico en obesidad. Ahora que la Administración peñanietista concluye, el denso panorama no disminuyó.
- Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (Inegi), de 2012 a 2016, las condiciones de obesidad y sobrepeso se mantuvieron sin cambio. Lo que sí aumentó en los mexicanos, según el Instituto Nacional de Salud Pública fue el consumo de alimentos con impacto negativo; es decir, los productos chatarra.
- En un estudio, respecto a los resultados del Inegi, el instituto expone: “Se observó un elevado consumo de alimentos cuyo consumo cotidiano aumenta los riesgos de obesidad o enfermedades crónicas (grupo de alimentos no recomendables para consumo cotidiano): 81.5 por ciento consume regularmente bebidas azucaradas no lácteas, 61.9 por ciento botanas, dulces y postres y 53.4 por ciento cereales dulces”.
- El mismo Gobierno federal reconoce que debido a la obesidad, 6.46 millones de personas padecen diabetes mellitus, una cifra que supera a la población total de Costa Rica. La hipertensión arterial afecta, según la misma encuesta, a 10.39 millones de personas de las cuales, muchas no lo saben. Ambos padecimientos son causas de mortalidad.
Pese a todos los pesares, este sector no estuvo en el centro de los debates ni fue destino principal de los recursos públicos. El presupuesto para atender el sector fue en declive. Arrancó y finalizó prácticamente igual: con 121 mil millones de pesos, según información del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados (CEFP)./ CON INFORMACIÓN DE SIN EMBARGO