Hoy inicia un nuevo periodo en la dirigencia del PRI, partido inmerso en las consecuencias de la debacle electoral de 2018 y criticado, incluso entre sus filas, por preservar las peores prácticas partidistas.
Alejandro Moreno, gobernador de Campeche con licencia, asume la presidencia para el periodo 2019-2023, y con ello se abre la posibilidad de arreglar un lustro de tropiezos que significó cuatro dirigentes que renunciaron o concluyeron su encargo en medio de torbellinos y derrotas electorales: Manlio Fabio Beltrones, Enrique Ochoa, René Juárez Cisneros y Claudia Ruiz Massieu.
- Priístas consultados advierten que a partir del lunes, Alito, como llaman a Moreno, debe trabajar con la máxima seriedad para evitar que el PRI se convierta en par-tido satélite de Morena, organización fundada por Andrés Manuel López Obrador.
- El PRI no puede darse el lujo de verse así mismo como un partido satélite del partido en el gobierno, advirtió Dulce María Sauri, ex dirigente del tricolor.
- La diputada yucateca señaló que si bien el PRI tiene un problema de identidad, y acusa golpes, tampoco está perdido ni desbaratado.
- Sauri confía en que si el PRI pudo organizar en un lapso corto su elección interna, en la cual votaron casi 2 millones de priístas (de un padrón de 6.7 millones) y se pudieron instalar poco más de 6 mil casillas en todo el país, tiene elementos de estructura y organización para salir adelante.
- El PRI está vivo, lastimado, pero vivo, comentó en entrevista.
Tiempo de construir
- El único camino viable es construir un nuevo programa de acción y proyecto de gobierno, dijo.
- Al igual que Sauri, otros personajes del priísmo –como el senador por Yucatán, Jorge Carlos Ramírez Marín– lamentan que se haya decidido primero ir a una elección interna (con el voto directo de los militantes), antes de buscar la refundación y la relaboración de los documentos básicos, especialmente el programa de acción, el cual daría la pauta para ser oposición por un corto tiempo y ofrecer una nueva opción de gobierno.
- Sin embargo, la gestión de Moreno tiene como antecedente inmediato la renuncia al partido de su principal contendiente en la elección, la también yucateca, Ivonne Ortega, quien advirtió que con las irregularidades del proceso interno el PRI pasó de la posibilidad de refundarse a refundirse y, de continuar con las mismas prácticas, está sentenciado a la extinción, aseguró.
- Sauri dice que le sorprendió la reacción de su paisana, quien en 2007 ganó la gubernatura. “Algo pasó, quizá (su renuncia) tuvo que ver con la derrota en Yucatán (Alito tuvo 17 mil 907 votos y Ortega 14 mil 102). En tanto, Ramírez Marín señala que la salida era previsible porque estaba compitiendo con un candidato que contaba con la venia de los gobernadores y con un padrón inconsistente.
- Otros priístas consultados, simpatizantes de Ortega, afirman que se decidió no impugnar el proceso interno porque de conseguir la anulación de los comicios, el partido quedaría acéfalo en momentos en que necesita fuerza, transparencia y unidad.
- Alito –quien en los dos debates llamó mentirosa a Ortega– aseguró en Twitter que siempre ofreció a su contendiente la mano extendida./LA JORNADA-PUNTOporPUNTO