Único mandatario estatal emanado del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en funciones, el michoacano Silvano Aureoles no se ve como “figura principal” en el proceso de relanzamiento de ese instituto político, pero sí como un “actor central para ayudar a que esto camine”.
Considera, respecto a quienes juegan un rol de liderazgo, que en momentos de construcción “ayuda mucho que nuestro protagonismo sea moderado”.
En entrevista con La Razón a propósito del proceso interno tras el descalabro electoral de 2018, Aureoles Conejo plantea algunas de las líneas y propuestas que impulsa para que el sol azteca sea opción electoral dentro de dos años.
Considera en principio que el PRD no debe cambiar de nombre, porque éste “está posicionado y tiene su fortaleza”.
Señala también que debe presentarse como una izquierda que construya soluciones, “no una izquierda radical, tampoco una mercantilista o administradora de franquicia”.
De cara a los debates internos que ya iniciaron y que tendrán un momento nodal a finales de mes en el Congreso Nacional Extraordinario, expone que “el gran reto es cruzar el 21 y cruzar vivos”.
¿Cómo ve al PRD y qué papel le gustaría tomar?, ¿se ve como líder del partido?
Más que verme como líder yo quisiera, creo y quiero, que los partidos políticos se renueven. Me encantaría que el PRD, el partido en el que yo inicié mi actividad política, desde su fundación, superara esta etapa de crisis y tuviera un relanzamiento para que haya otra alternativa para la sociedad.
Hoy, por razones entendibles, el partido del Presidente sigue teniendo la mayor presencia. Luego, por lo que he visto en los últimos días, el PAN, de alguna manera, se ha ido ubicando como en el otro polo.
Ahí el PRD tiene un papel determinante: ser una izquierda que puede convertirse en alternativa. No una izquierda radical, tampoco una mercantilista o administradora de franquicia. El PRD es la izquierda que por lo menos en tres décadas fue la principal impulsora de transformaciones en materia de derechos y libertades.
No creo tampoco en un partido contestatario, sino en uno que construya soluciones y se convierta en una alternativa para la sociedad, para ese segmento amplio de la sociedad que es más, digamos, clase media o sectores progresistas del empresariado, cuidando el aspecto de libertad, que es básico.
El partido tiene que transformarse, abrirse, para ser un instrumento efectivo y atractivo, porque hay mucha gente preocupada por las cosas que están pasando; hay muchos retrocesos y a mucha gente eso le está moviendo ahora, muchos incluso que votaron por la Cuarta Transformación.
Ahí visualizo la nueva etapa, en alianza con otros sectores que coincidan con esta visión social-demócrata. Y que podamos entre todos construir algo mayor.
También hay que reconocer que nosotros ayudamos a llegar a la situación en la que estamos: las corrientes se convirtieron en cotos y cuotas. Fuimos consumiendo la franquicia. Eso no puede continuar.
- Ya hicimos la primera reforma para eliminar las corrientes. Esa cultura tribal, facciosa, antes daba dividendos, pero ya no; en ella los dirigentes políticos empezaron a evitar el relevo generacional y que se fueran formando cuadros.
- “El PRD tiene un papel determinante: ser una izquierda que puede convertirse en alternativa. No una izquierda radical, tampoco una mercantilista o administradora de franquicia. Es la izquierda que por lo menos en tres décadas fue la principal impulsora de las transformaciones en materia de derechos y libertades”
EL PADRÓN Y EL NOMBRE.
De acuerdo con los números de Aureoles, el PRD tenía siete millones y medio de militantes, pero sólo tuvo dos millones 900 mil votos (en los comicios de 2018), lo cual dio cuenta de que su padrón era ficticio. “Una simulación”, asegura.
- “Afiliaron a muchos para agandallar los órganos del partido y seguir manteniendo la hegemonía. Eso no sirve”.
En ese sentido, explicó que se tomó la decisión de refrendar la militancia, con el propósito de certificar que se tiene el número de militantes que establece la ley electoral, es decir, 250 mil.
- “Ahorita ya llevamos más, pero en el cruce que se hace, quién sabe cuántos estén falsificados o si alguien ya no quiso. La idea es que para agosto lleguemos arriba de los 500 mil”.
En cuanto a la organización interna afirma que se necesita una reforma estatutaria. “Hoy tenemos una dirigencia Montessori. Queriendo salir de la crisis empezamos una dirección colegiada y eso genera confusión al no haber una representación formal, un liderazgo orgánico-político”, señala.
Además, debe realizarse un congreso, para el cual se requiere elegir congresistas; y también consejeros a escala federal, estatal y municipal, para, de esa manera, cumplir con el mandato del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) de hacer una elección de la dirigencia.
- “El gran reto es cruzar el 21 y cruzar vivos”, resume el gobernador de Michoacán en la charla que tuvo con periodistas en las instalaciones de esta casa editorial.
Sobre el posible cambio de nombre, Aureoles se pronuncia en contra, porque “está posicionado y tiene su fortaleza”. Aunque plantea que sea después del proceso de certificación de la militancia que el tema se defina, pues entonces se sabrá si la marca aún es atractiva.
¿Considera que recae en usted la mayor responsabilidad, teniendo en cuenta los desafíos que enfrenta en su estado?
Estoy ayudando porque, también es una realidad, soy el único gobernador del partido. Yo tengo una responsabilidad moral: ayudar a que esto camine y seguiré haciendo esa tarea de juntarlos, de conciliar posturas.
- Y les decía a mis compañeros: ‘aquí los que estamos y tenemos algún rol de liderazgo tenemos responsabilidad’. No ando buscando ser la figura a vender, porque también soy consciente de las dificultades a las que me enfrento y no pretendo entonces convertirme en la figura que atraiga. Y me refiero a mí y me refiero a otros. Ayuda mucho que nuestro protagonismo en la construcción sea moderado, pero ayudando a construir el futuro.
- Y quiero decirles que si bien no es cierto que es el mejor momento del estado, sí hemos avanzado mucho y yo creo que vamos a tener mejores momentos en lo que sigue, porque ésa ha sido mi apuesta.
Cuando llegué al gobierno, uno empieza con muchas expectativas y buenos deseos, pero te enfrentas a la cruda realidad. De todo este mosaico de temas difíciles voy a dedicarme a tres: ordenar las finanzas públicas, ordenar los servicios educativos y hacerle frente al problema de la seguridad. En los tres temas la cosa estaba hecha un desastre. Pero claramente tenemos avances y vamos a tener más./LA RAZÓN-PUNTOporPUNTO