Este fin de semana se celebrará una sesión ordinaria del Consejo Nacional del PAN, una cita trascendental para la definición no sólo de la renovación de la dirigencia, sino para el futuro mismo del partido.
• Ricardo Anaya Cortés, quien ya regresó a la escena pública después de más de un mes de estar alejado de las actividades políticas, será uno de los protagonistas del encuentro tras su fallida candidatura presidencial y las secuelas que ésta dejó al interior de Acción Nacional.
• El PAN fue derrotado por Andrés Manuel López Obrador, sin embargo Acción Nacional será la segunda fuerza política del país con 83 diputados, 24 senadores y 12 gobernadores en el país.
• En la reunión de consejeros nacionales, donde se definirá la comisión que organizará el proceso de renovación de la dirigencia nacional del PAN, el grupo de Anaya estará en la lupa para que responda por la derrota electoral del panismo.
En medio de un panismo dividido y disminuido tras los recientes comicios, Anaya y sus aliados intentarán mantener el control del partido, enfrentando a diversos grupos que persiguen el mismo objetivo y que pretenden endosarle el costo del fracaso electoral del PAN.
• A pesar de que tanto Anaya como el actual dirigente Damián Zepeda han señalado que no buscarán un nuevo periodo como dirigentes, el grupo del excandidato presidencial aún mantiene bajo su control una gran parte de los órganos del partido.
• Hay varios panistas que aspiran a la dirigencia, pero son tres los que tienen verdaderas posibilidades: Marko Cortés, respaldado por varios del grupo de Anaya; Rafael Moreno Valle, exgobernador de Puebla; y Roberto Gil, impulsado por gobernadores como Cabeza de Vaca y Francisco Domínguez.
• También han levantado la mano para dirigir el partido panistas de cuño como Carlos Medina Plascencia, Juan Carlos Romero Hicks, Ernesto Ruffo Appel, los senadores Héctor Larios, Francisco Búrquez y el diputado José Luis Preciado.
Además de tener que responder por los resultados electorales adversos, a Ricardo Anaya también le cobrarán la factura de haber impuesto sus aspiraciones por encima de todo y de todos.
Se espera también que Damián Zepeda, como presidente nacional y principal responsable de las decisiones partidistas, sea blanco de los reclamos. Sobre todo porque aún en la adversidad, se quedó con una Senaduría plurinominal y aspira a dirigir la bancada panista en la Cámara Alta.
Lo que está en juego en el PAN, más allá de quién se quede la dirigencia, es si el partido se convertirá en una oposición real al gobierno de López Obrador o busca aprovechar la interlocución.
• “Estamos obligados a ser una oposición seria, constructiva, sólida, congruente y digna, pero para hacerlo debemos primero estar unidos. Podemos y debemos, es una obligación lograr los mejores entendimientos por el bien del país”, señala Marko Cortés, coordinador de los diputados federales panistas.
La convocatoria que ha dado a conocer la dirigencia nacional para el Consejo del próximo 11 y 12 de agosto establece como primer objetivo un “análisis sobre el pasado proceso electoral, de la situación política actual en México y del PAN”, espacio que estará lleno de tensión por las acusaciones cruzadas que se esperan entre los diferentes grupos
• Pero el tema más importante será el inicio del proceso de la renovación de la dirigencia nacional, para lo cual se propondrá la integración de la Comisión Organizadora Nacional de la Elección del Comité Ejecutivo Nacional, la encargada del proceso de renovación.
• Los nombramientos de esta Comisión son facultad de la actual dirigencia nacional, encabezada por Zepeda y serán votados por los más de 380 consejeros nacionales, la mayoría de ellos, al menos en teoría, son afines al grupo anayista.
• Según fuentes panistas, Ricardo Anaya cuenta con un porcentaje cercano al 60 por ciento de los consejeros nacionales del PAN, quienes con su voto definirán el futuro del rumbo del partido. Sólo queda la duda si después del proceso electoral y con la división interna seguirán respaldando al exdirigente nacional.
• La renovación se estima que podrá concretarse entre los meses de octubre y noviembre y el sistema propuesto por la actual dirigencia es el voto entre militantes, el mismo método utilizado en la elección por la dirigencia en 2015, cuando Ricardo Anaya se impuso con contundencia ante Javier Corral, hoy gobernador de Chihuahua.
El senador Ernesto Ruffo Appel, señala que uno de los cambios que se espera puedan comenzar a construirse a partir del Consejo Nacional es una modificación estatutaria que prohiba que los dirigentes partidistas se aprovechen de la estructura institucional para su propio beneficio.
• “Queremos que quienes estén de funcionarios del partido, mientras esté vigente su cargo, no puedan ser candidatos, porque lo que ha pasado es que empieza a darse un conflicto de interés entre los aspirantes legítimos a candidaturas y la estructura organizacional del partido. Esas cosas han ofuscado la vida institucional”, dice.
Aún antes de la renovación, la actual dirigencia podría nombrar a los coordinadores de las fracciones parlamentarias del PAN en el Senado y la Cámara de Diputados, aunque previsiblemente tendría que negociar los nombramientos con otros grupos de poder para evitar un mayor encono.
El propio Zepeda ha alzado la mano para coordinar a los Senadores panistas en la próxima legislatura, aunque esa misma posición la podría buscar Rafael Moreno Valle en caso de no quedarse con la dirigencia nacional; los nombres de Gustavo Madero o Josefina Vázquez Mota también se apuntan en esta lista.
En San Lázaro, los hoy senadores Juan Carlos Romero Hicks, Ernesto Ruffo y Jorge Luis Preciado (quienes también han alzado la mano por la dirigencia nacional), y el exgobernador de Morelos Marco Antonio Adame, entre otros, buscarían también coordinar a los diputados blanquiazules.
LOS CANDIDATOS
A pesar de que muchos militantes panistas desean convertirse en el próximo dirigente del partido, son pocos los que se perfilan como favoritos.
El candidato del Anayismo
• Marko Cortés Mendoza no es incondicional de Ricardo Anaya pero tiene el respaldo de su grupo, además de una parte importante de los consejeros nacionales. Ha tejido desde el Congreso su propia red de apoyos entre los alcaldes y gobernadores panistas. Fue de los primeros en alzar la mano para postularse.
De gobernador a dirigente nacional
• Se estima que después de los anayistas, el grupo del exgobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, sea el más fuerte al interior del PAN. Desde que ganó la gubernatura en 2010 en Puebla ha ido tejiendo una red a lo largo del país. Al interior del PAN sugieren que podría pedir la coordinación en el Senado y dejar la vía libre a los anayistas.
Va por su segundo intento
• Cercano al grupo calderonista. Roberto Gil Zuarth contaría con el aval de los gobernadores de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, y de Querétaro, Francisco Domínguez. En 2010, cuando la influencia de Calderón era más fuerte en el PAN, contendió por la dirigencia nacional, aunque perdió la elección con Gustavo Madero./REPORTE INDIGO