Si bien en es cierto que cada vez se reconoce más los derechos políticos y sociales que de las mujeres han logrado en las últimas décadas; lo que a su vez ha permitido impactar favorablemente en su salud; lo cierto es que aún falta mucho por hacer.
Mucho es lo que se ha avanzado en el derecho a la salud –no sólo de las mujeres, sino de la población en general- a través programas y campañas de prevención, principalmente en lo que tiene que ver con el cáncer; mismas que son implementadas por el sector salud, y a las que por fortuna cada día se suma más la iniciativa privada, las fundaciones y las asociaciones civiles, con el propósito de actuar en tiempo y forma, en caso de ser confirmado el diagnóstico.
Gracias –por ejemplo- a las campañas de las unidades móviles que recorren el país realizando mastografías gratuitamente para detectar el cáncer de mama, así como las campañas de vacunación en niñas y adolescentes contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) a fin de evitar de que en un futuro puedan desarrollar cáncer Cérvico-uterino empieza a haber una mayor conciencia en ciertos sectores de la sociedad, pero aún falta mucho por avanzar sobre todo en las zonas rurales e indígenas; donde los usos y costumbres por desgracia “pesan mucho”, lo que impide que estas mujeres accedan a este tipo de beneficios, porque no son dueñas ni de su vida, ni de su cuerpo.
Pero en honor a la verdad, lo cierto y a la vez triste, es que también en todos los estratos de la sociedad el “machismo sigue sentando sus reales”, porque en pleno siglo XXI hay quienes tienen que “pedir permiso” a su esposo o pareja para ir ellas o llevar a sus hijas al médico, enfrentándose a un tajante NO. Cuantas veces no hemos escuchado comentarios tan retrogradas de hombres que dicen: “nada más van al médico a que les metan mano” o “nada más quieren ir al doctor para que las manoseen”; lo que representa una total e absoluta falta de respeto no sólo hacia la mujer, sino también hacia el médico –ya sea hombre o mujer- que sin conocimiento de causa se atreve a calificarlo tal a la ligera. Lo peor de este escenario es que hay mujeres que no sólo los defienden, sino que hasta los justifican argumentando que si las celan es porque las quieren mucho. En ese tenor y bajo si perspectiva, este tipo de violencia la ven muy normal; pero por favor mujeres antes de querer a otros, hay que querernos a nosotras mismas
Varias son las campañas que se hacen a través de los medios a lo largo del año para invitar a las mujeres para que se realicen tal o cual estudio para prevenir el cáncer de cualquier tipo, principalmente de Mama y Cérvico-uterino, sin embargo habrá que hacer más énfasis entre las niñas-adolescentes del riesgo que implica el consumir alcohol y fumar; el cual está íntimamente relacionado con este tipo de neoplasias; luego de que cada es menor la edad en la que estas mujeres empiezan a consumir este tipo de productos. Ello sin mencionar la relación que guardan el cigarro y el alcohol con el Cáncer de Ovario, Pulmón, Vejiga, Riñón, Boca, Cabeza y Cuello, por mencionar algunos.
Por otro lado, el bombardeo en los medios sobre lo que “dicta” la moda ha llevado a que cada vez sean menos las madres –sobre todo- adolescentes que se niegan a amamantar a sus bebés, sin tener la conciencia de que con este hecho los exponen a desarrollar cáncer Infantil y de paso se exponen también a desarrollar cáncer de Seno.
Por otro lado, es imprescindible alertar a las mujeres, sobre todo a las niñas-adolescentes sobre el riesgo de contraer el Virus del Papiloma Humano, que está directamente relacionado con el cáncer Cérvico-uterino y que tiene que ver con el hecho de tener varias parejas sexuales, y en el caso de que la mujer sea monógama no la excluye del riesgo, luego de que el hombre es el portador de este virus. Cada dos horas muere una mexicana a consecuencia de esta neoplasia.
Mientras que por el sexo oral está aumentando exponencialmente la incidencia de Cáncer Bucal.
Por último, quiero dejar en claro que en Hablemos de Cáncer….sin miedo no se pretende juzgar, ni señalar a nadie por su conducta sexual –ni es mi papel, ni me importa-; pero sí me importa que la gente se informe y ejerza su sexualidad responsablemente, porque de ello dependerá que pueda contraer o no, una enfermedad tan cruel y mortífera como es el Cáncer.