Por lo general cuando alguien se enferma, accidenta o va ser intervenido (quirúrgicamente) o tener una terapia, el mayor temor que se tiene es a sentir dolor, no importa si este es leve o severo. No pocas personas que le tienen pánico a una simple inyección y/o vacuna, porque lo asocian con el dolor, incluidos los niños, los cuales le tienen miedo hasta el doctor.
Y así de repente si nos duele la muela, la cabeza, la garganta o el estómago, por mencionar algunos, al igual que una caída o una cortada, de inmediato lo solucionamos tomando algún medicamento o haciendo una curación; pero cuando el dolor es persiste por días meses e incluso años, es una situación que no se le desea a ninguna persona; en el caso de los niños, menos.
Desgraciadamente muchas de las enfermedades que se presentan vienen acompañadas de dolor; el cáncer es una de ellas.
De ahí que su hay algo que nos duela como sociedad, es ver a un niño o adolescente diagnosticado con cáncer infantil –en cualquier de sus manifestaciones (leucemias, sarcomas, etcétera)- porque es un pequeño que está cursando la enfermedad acompañada de dolor, no sólo físico, sino también del “alma”; al no entender –de entrada- por qué se les presentó a ellos el padecimiento y al no poder tener una vida normal como cualquier niño.
Luego de confirmar que el dolor por cáncer es muy frecuente, María Antonieta Flores Muñoz, profesora titular del Curso de Alta Especialidad en Algología en Pediatría del Hospital General, precisó que “el 90 por ciento de pacientes pediátricos oncológicos sufren dolores variables y 70 por ciento dolor muy intenso”.
La Algología Pediátrica se centra en el estudio del dolor en niños, tanto en enfermedades curables como incurables; y no nada más como un aspecto paliativo, detalló.
En entrevista con Hablemos de Cáncer…sin miedo, la también profesora de la asignatura de Algología, en la Facultad de Medicina de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) explicó que los pacientes pediátricos oncológicos –que van de 0 a 18 años- presentan dolor por diferentes causas: en primer lugar, una relacionada con el propio tumor; ya que al crecer el tumor toca estructuras nerviosas que van a provocar dolor y de paso va a destruir partes del organismo, como por ejemplo el hueso, que puede llegar a fracturarse. De igual manera el tumor puede ocluir una víscera y causar un dolor de tipo visceral.
Segundo, también está el dolor producido por procedimientos diagnósticos y terapéuticos; lo que significa que todo niño que tiene cáncer se le tiene toman muestras, se le hacen pulsiones lumbares y se le hacen procedimientos terapéuticos, como la quimioterapia y la radioterapia, todo ello muy doloroso, enfatizó.
Flores Muñoz acotó que la radioterapia puede “producir en ocasiones cierto tipo de quemaduras internas, como una neuropatía por cierto tipo de medicamentos. Existen medicamentos quimioterápicos que puedan provocar dolor neuropático; un dolor relacionado con el cáncer que pueden dañar a los nervios”.
Y –tercero- también está relacionado con la propia terapia: La terapia baja las defensas y hace que los niños puedan tener enfermedades como hongos en la boca, conocida como mucositis, que les produce dolor, abundó.
La algóloga refirió que en una revisión sistemática de la presentación clínica de la leucemia, 33 estudios coinciden que 43 por ciento de los niños con leucemia presentaron dolor de extremidades en piernas y brazos; sin embargo –aclaró- que ello no quiere decir, que todo el niño con dolor en extremidades tengan cáncer.
Por último reconoció que la incidencia en cáncer ha venido en aumento, empero desgraciadamente la mayoría de las veces no se trata, por lo que el número decesos por esta causa aumenta, incluido el infantil.
Alianzas, fundamentales en la lucha contra el Cáncer: De Alba
En México –como en muchos otros países- el cáncer ya es un problema de salud pública, que cada día afecta a un mayor número de personas, por los que las alianzas juegan un papel fundamental para apoyar a la población que presenta algún tipo de cáncer, sobre todo a los más vulnerables, reconoció Rebeca de Alba, fundadora y presidenta de la Fundación que lleva su nombre, desde hace una década.
Para ella y todo su equipo las alianzas –como la que desde hace años tienen con importantes nosocomios, como es el Hospital Juárez de México-, “lo son todo; ya que no sino haces está sinergias, no hay crecimiento y se atoran los procesos, y cuando te unes a otros, como ahora con el Hospital Juárez, hay más posibilidad de crecer y poder ayudar a quien más lo necesita”, la comunicadora.
Por ejemplo, a través del programa Navegación con el que han trabajado desde hace cinco años, a través del cual se busca informar, orientar y acompañar al paciente y su familiar o acompañante, a fin de que puedan acceder a los servicios de oncología en forma expedita. La idea es empoderar la paciente y que no se sienta sólo en este proceso de atención; el cual se ha venido adaptado de acuerdo a las necesidades del paciente para que no abandone su tratamiento.
“Nuestro objetivo es fortalecer el programa Navegación en alianza con el HJM y reforzar todo lo que ya tenemos hecho, para que sean sólidos y lleguen a más personas en todo México”, puntualizó, no sin antes destacar que otro de los logros de la Fundación (Rebeca de Alba) es haber podido descentralizar la ayuda de la Ciudad de México. “Ya estamos en Tijuana, Guadalajara, Guerrero y Mérida”.
Por su parte el director del HJM, Martín Antonio Manrique informó que cada año el hospital atiende más de 4 mil casos por sospecha de cáncer, especialmente de mama, cérvico uterino, próstata y colon; se los cuales se abren 2 mil expedientes nuevos de casos confirmados.
La política que aplica el Juárez de “cero rechazos” y la labor que realizan decenas de Fundaciones como esta en favor de los pacientes con cáncer de escasos recuerdos, no lleva decirles que no están solos en su lucha y que siempre hay alguien que les puede “tender la mano”.
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